Pablo Riera •  Cultura •  03/12/2025

Entrevista con la escritora Miriam Conde Redondo: “La vida cotidiana contemporánea y los misterios históricos no son ámbitos separados”

  • Miriam Conde Redondo (Valladolid, 1968) publica “La mirada de la Diosa”, una novela histórica que basa una de sus particularidades en narrar la vida íntima de los personajes. De lo cotidiano a lo colectivo, estamos ante una historia coral que nos muestra la historia en lo pequeño y en los grandes hechos. Para la escritora, “la literatura nos permite comprender vidas ajenas a la nuestra”.
Entrevista con la escritora Miriam Conde Redondo: “La vida cotidiana contemporánea y los misterios históricos no son ámbitos separados”

Pregunta: – ¿Cuál es “La mirada de la Diosa”?

Respuesta: – «La mirada de la diosa» es una novela de intriga histórica que teje dos tramas paralelas separadas por siglos, pero profundamente conectadas. En su esencia, es la historia de Gonzalo Molina, un empresario de telecomunicaciones que descubre, en el lecho de muerte de su abuela Laura, la existencia de unos cuadernos cifrados pertenecientes a su abuelo Jonathan, un operador de radio británico durante la Segunda Guerra Mundial. Estos cuadernos no son simples documentos históricos, son la puerta de entrada a un misterio que ha permanecido oculto durante más de cincuenta años, un enigma que consumió la mente de Jonathan y que amenaza con hacer lo mismo con Gonzalo si no logra mantener la distancia emocional necesaria.

El otro hilo de la novela lo conduce Sara. Ella es profesora en la universidad de Yale, en los Estados Unidos, pero ha tenido que volver a su casa por la enfermedad de su abuela. Desolada por una traición, le espera una dura tarea, reconstruir una capilla derrumbada, sin sospechar que están al borde de la ruina. Sara se ve arrastrada a la búsqueda cuando descubre un icono griego que conecta su propia historia familiar con las crónicas de los almogávares y con las luchas que protagonizaron en el siglo XIV.

La novela combina el suspense de una aventura detectivesca con la profundidad emocional de una exploración sobre la memoria transmitida entre generaciones. Más allá de los códigos nazis sin descifrar y de la búsqueda de un tesoro submarino, «La mirada de la diosa» explica cómo los secretos familiares pueden moldean nuestras identidades sin que nos demos cuenta, y plantea la responsabilidad de cada generación de enfrentarse con honestidad al pasado para poder construir un futuro más auténtico.

P: – Vida cotidiana y suspense histórico. ¿Doble efecto de alto voltaje?

R: – Esta es una de las fortalezas más notables de la novela. «La mirada de la diosa» opera simultáneamente en dos planos que se potencian mutuamente, el de la vida cotidiana contemporánea, con sus crisis personales y emocionales, y el del suspense histórico, con sus enigmas y peligros. Este doble efecto crea una tensión narrativa constante que mantiene al lector en estado de alerta, oscilando entre la intimidad psicológica de los personajes y la urgencia de la aventura histórica.

En el plano de la vida cotidiana, nos encontramos a Gonzalo que atraviesa una crisis existencial tras la muerte de su abuela, ya que siente el vacío que deja la única persona que realmente lo entendía. En paralelo, Sara regresa a su casa familiar devastada por una traición sentimental, y se enfrenta no solo a su propio dolor, sino también a la enfermedad de su abuela Concha. Estos son problemas profundamente humanos. La soledad, la traición, el duelo, la pérdida de dirección. En la novela no se dramatizan estos sentimientos de manera superficial, sino que procuro presentarlos con sutileza, pero reconocibles, intentando que el lector perciba la autenticidad del sufrimiento emocional de sus protagonistas.

Además, justo en el momento en que ambos personajes están más vulnerables, irrumpen en su mundo los cuadernos cifrados, el icono griego, y los accidentes misteriosos. El suspense no funciona entonces una simple distracción de los problemas personales, sino que actúa como el catalizador que permite a los protagonistas transformar sus crisis en búsquedas con significado. Este entrelazamiento entre lo íntimo y lo épico crea un efecto de «alto voltaje» donde cada nivel de la trama amplifica el impacto emocional.

En la novela sugiero que la vida cotidiana contemporánea y los misterios históricos no son ámbitos separados, sino que están interconectados. Los secretos de la Segunda Guerra Mundial continúan influyendo en las decisiones, las relaciones y los traumas de los personajes. El lector no puede simplemente entretenerse con la aventura histórica sin sentir el peso emocional de las crisis personales, ni puede enfocarse únicamente en la psicología de los personajes sin ser arrastrado por la urgencia del misterio exterior. Este equilibrio dinámico es lo que distingue a la novela de otros thrillers históricos.

P: – ¿Qué hechos históricos atraviesan la novela?

R: – La Segunda Guerra Mundial constituye el eje histórico fundamental de «La mirada de la diosa», pero no simplemente como telón de fondo decorativo sino como fuerza estructurante que determina el destino de los personajes. El primer hecho histórico crucial es la Guerra Civil española, que aparece en el primer capítulo de la novela, cuando vemos a Laura como una joven que sobrevive en un Madrid asediado, sin padre y sin recursos. Este contexto de destrucción y miedo es el que la hace vulnerable y, simultáneamente, la prepara para la resistencia que caracterizará su vida posterior.

La irrupción de Jonathan Palsey, el periodista británico que llega a Madrid cubriendo la Guerra Civil, introduce el segundo hecho histórico crucial, el surgimiento del fascismo en Europa y la respuesta de las democracias occidentales. Jonathan representa a una generación de intelectuales y periodistas que creían que la Guerra Civil española era un ensayo de la mayor contienda que se avecinaba, con sus reportajes como verdaderas conciencias políticas. Su reclutamiento posterior en el cuerpo de operadores de radio británicos marca la transición entre la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial.

El descifrado de la máquina Enigma que reflejo en el texto constituye otro hecho histórico fundamental. La mención a Marian Rejewski, Alan Turing y Bletchley Park conecta la novela con uno de los mayores secretos de la Segunda Guerra Mundial, el esfuerzo criptográfico aliado para descifrar las comunicaciones nazis. Los códigos que Jonathan intenta desencriptar desesperadamente son ficción narrativa, pero están fundamentados en la realidad histórica de las máquinas Enigma y el trabajo de los criptógrafos, que con su esfuerzo contribuyeron a cambiar el rumbo de la contienda.

La historia de Nuño de Menocal, otro de los personajes clave, está ambientada en la Baja Edad Media, un período marcado por las cruzadas, las luchas de poder y las continuas guerras en el Mediterráneo. Nuño es presentado como un guerrero que forma parte de los almogávares, soldados de élite conocidos por su fiereza y habilidades en el combate. Los almogávares eran tropas irregulares de origen hispano que luchaban por diferentes reinos y señores, y que dejaron una huella imborrable en la historia medieval debido a su destreza militar y su espíritu indómito. Esta ambientación, rica en detalles históricos, refuerza el carácter épico del texto.

El Monte Athos, otra de las ambientaciones protagonistas de la novela, es un lugar clave tanto en la trama como en su atmósfera. Este enclave, situado en una península al norte de Grecia, es conocido por ser un centro monástico de la Iglesia Ortodoxa, con monasterios milenarios que se alzan en un entorno aislado y cargado de espiritualidad. En la novela, el Monte Athos simboliza el cruce entre la historia y la leyenda.

P: – Cuéntanos de los personajes y cómo se ven determinados por los hechos generales.

R: – Los personajes de «La mirada de la diosa» no son individuos abstractos sino personas cuyas vidas acaban moldeadas por los eventos históricos que atraviesan la novela.

Gonzalo Molina representa una generación que heredó los frutos de la reconstrucción española de la posguerra pero que también carga con el trauma no procesado de esa época. Su imperio de telecomunicaciones es construido sobre la fortuna de su padre, que a su vez fue posible por negocios relacionados con la guerra civil y la posguerra.

Sara es la otra protagonista central. Cuando la conocemos no se encuentra en su mejor momento, pero su carácter reflexivo y su capacidad para resolver problemas le dan fuerzas para continuar adelante. La relación con los otros personajes añade un matiz emocional que le da una mayor profundidad a su carácter y su evolución personal refleja el viaje de autodescubrimiento que experimenta a lo largo de la novela.

Laura, la esposa de Jonathan, representa la fuerza silenciosa de las mujeres que sostuvieron la vida cotidiana durante la guerra y la posguerra. Sobreviviente de la Guerra Civil española, tuvo que cuidar a un esposo destrozado por la guerra, criar sola a su hija Blanca, y proteger a su nieto Gonzalo de una herencia traumática que consideraba peligrosa. Sus decisiones, especialmente la de ocultar los cuadernos, no fueron actos de debilidad sino de sabiduría práctica, la sabiduría de quien ha visto de primera mano cómo la obsesión y el trauma pueden destruir vidas.

Nuño de Menocal, antepasado de Sara, es un guerrero valiente y temido. Tras un evento traumático, decide abandonar las armas y consagrarse a la vida monástica. Como monje, Nuño combina su fortaleza física con una profunda fe, convirtiéndose en el guardián de las reliquias sagradas. Aporta claves históricas esenciales para resolver el misterio.

Otro personaje es Manuel Gordillo, ingeniero experto en electrónica. Manuel es pragmático, pero inseguro. Su carácter es reservado y es el contrapunto de su amigo Gonzalo, ofreciendo situaciones a veces jocosas. Aunque quiere mantenerse en segundo plano en términos emocionales, cae rendido ante Alicia Bezana, la arquitecta que ayuda a Sara en su principal problema, la reconstrucción de la capilla de su familia, y por lo que acaban trabando amistad. Es una verdadera belleza, y consciente de ello, hace lo posible para destacarlo.

Por último, Mariela Boal, una catedrática de historia especializada en arte griego, es la conexión intelectual del equipo con el pasado. Su conocimiento le otorga un papel importante en la trama.

P: – ¿Cómo una ingeniera industrial termina siendo escritora?

R: – La formación en ingeniería industrial implica el desarrollo de habilidades analíticas, de pensamiento sistémico y de resolución de problemas complejos. Pero estas habilidades no son incompatibles con la escritura; de hecho, pueden enriquecer la práctica narrativa. El planteamiento de una novela es, en muchos sentidos, un problema de ingeniería, cómo estructurar múltiples tramas, cómo mantener la tensión narrativa, cómo hacer que los diversos elementos trabajen juntos hacia un objetivo final. La precisión, el orden y la lógica no se contradicen con la creatividad y la imaginación que requiere una obra literaria.

Además, mi familia regentó una librería. Eso significa que crecí rodeada de libros, de historias y de la cultura de la palabra. Por ello es posible que la combinación de una educación científica y un buen ambiente cultural me haya proporcionado las condiciones ideales para poder abordar temas históricos y técnicos con precisión y a la vez tratar de conseguir profundidad emocional y autenticidad narrativa.

P: – ¿Te consideras una investigadora de la historia?

R: – En cierto modo, sí me considero una estudiosa de la historia, pero con una matización importante, buceo en la historia no como académica sino como narradora que busca encontrar historias humanas dentro de los hechos históricos.

Procuro investigar los hechos históricos relevantes, la Segunda Guerra Mundial, los códigos Enigma, el Monte Athos, …, pero esta investigación está al servicio de una narrativa que prioriza las experiencias de los personajes.

Primero está la investigación de los hechos. Tuve que estudiar cómo funcionaban las máquinas Enigma, cuáles fueron las operaciones reales de inteligencia británica, qué sucedió en el Monte Athos durante la guerra, cómo eran las condiciones de vida en la España de la Guerra Civil y la posguerra y las epopeyas de los almogávares en el Mediterráneo del siglo XIV. Y esto es así porque en la novela tiene que haber un buen nivel de precisión, procurando que los detalles históricos están integrados de manera orgánica en la narrativa, sin que se sientan como decoración, sino que formen parte del tejido mismo de la historia. Pero además debo hacer análisis psicológico, y ver cómo los hechos históricos afectan a las vidas privadas, cómo el trauma se transmite entre generaciones, cómo se guardan los secretos dentro de las familias y qué coste tiene mantenerlos ocultos. Esta investigación requiere tanto de documentación histórica como de cierta introspección, tratar de entender cómo experimentan los seres humanos el miedo, el amor, la obsesión y el duelo.

Me considero investigadora de la historia dentro de un marco narrativo, no académico. No escribo libros de historia sino novelas históricas, lo que significa que la fidelidad histórica está equilibrada con la necesidad de crear una buena narrativa, hacérselo atractivo al lector para que en su mente esté allí. Algunos hechos pueden ser alterados, algunos personajes pueden ser inventados, pero siempre sirviendo a un propósito. Esta es una distinción importante, no pretendo reemplazar a un historiador académico sino ofrecer una narración con todos sus matices, buscando humildemente que surja la magia de la lectura, que el lector abandone su sillón y se sumerja realmente en la historia.

P: – ¿Escribes a partir de imágenes o las historias te llegan por otra vía?

R: – A la hora de escribir, me alimento de muchas fuentes. La principal es la palabra escrita. Muchos libros, y también artículos en diversos medios, me generan la curiosidad suficiente como para leerlos, disfrutarlos, y plantearme preguntas que a veces pueden llegar a cristalizar en un relato. Pero no es mi única fuente. Las imágenes son también disparadores creativos muy potentes. En el caso de esta novela, la imagen del icono griego fue un buen generador de ideas. ¿Cómo llegó ese icono allí? ¿Qué historia lo precedía? ¿Qué secretos guardaba? Estas preguntas, generadas por una imagen visual iniciaron toda la trama de Sara.

La verdad es que no me centro en un único estímulo de creación. Lo normal es que construya las historias entrelazando imágenes y textos, de manera que los personajes y la investigación se refuercen mutuamente. Una imagen genera un interrogante; el interrogante requiere investigación histórica; la investigación revela casi siempre un personaje y el personaje genera nuevas ideas.

P: – ¿La literatura transforma la mirada?

R: – Esta pregunta toca la esencia de lo que significa ser escritor y lector. La novela «La mirada de la diosa» es una respuesta afirmativa a esta pregunta. El título ya sugiere una transformación de la perspectiva, una capacidad de ver más profundamente, de penetrar en otras capas de significado.

En el lector, la literatura transforma su mirada a través de la empatía. Al leer sobre los personajes a lo largo de las páginas, aprendemos a ver las vidas de otros con mayor profundidad y comprensión. La literatura nos permite experimentar vidas que no son la nuestra, visiones que no son la nuestra, y circunstancias que nunca podríamos sentir directamente. Esta ampliación de nuestra forma de observar es en sí una transformación de la mirada.

P: – ¿Tienes necesidad de escribir?

R: – Rotundamente, sí. A pesar de tener una carrera establecida que me fortalece como persona, no veo la escritura como un hobby, sino como una necesidad vital.


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