Redacción •  Wikimedia •  Ciencia •  13/12/2019

La sardina ibérica se recupera, pero no lo suficiente

· Hoy se han publicado las recomendaciones científicas de la sardina ibérica para el año 2020 propuestas por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar, unos datos que muestran cómo esta especie sigue estando en situación crítica.

· Las organizaciones ambientales ibéricas, entre ellas Ecologistas en Acción, han vuelto a reclamar a las autoridades que sigan el consejo científico y que diseñen de manera inmediata un plan de recuperación para la sardina ibérica avalado por la comunidad científica.

· Los ecosistemas marinos son uno de los grandes aliados en la lucha contra el cambio climático, y urge conservarlos y restaurarlos.

La sardina ibérica se recupera, pero no lo suficiente
Se acaba de hacer pública la recomendación científica del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM, ICES en inglés) respecto a la sardina ibérica para 2020. El ICES propone que el máximo de captura de sardina ibérica para el año 2020 (a repartir entre pescadores de España y Portugal) sea de 4.142 toneladas frente al cierre recomendado los últimos años. Estos datos muestran cómo la sardina ibérica ha experimentado una ligera recuperación con respecto al último periodo.

15 organizaciones ambientales de España y Portugal, entre ellas Ecologistas en Acción, han celebrado el ligero incremento de biomasa y reclutamiento (incorporación de nuevos juveniles) mostrado por los datos científicos. Sin embargo, han rechazado hablar de recuperación de la población puesto que la biomasa total tan baja de la que se informa, incrementa la incertidumbre de dichos datos. Por ello, han reclamado una mayor precaución, si cabe.

Según las organizaciones, lo importante ahora es permitir el crecimiento de los nuevos juveniles detectados y que puedan asegurar la continuidad y restauración de la población cuando sean adultos. De acuerdo con los centros de investigación nacionales que estudian esta población y proveen los datos para elaborar este consejo científico, las sardinas han sufrido un gran declive en las últimas décadas y están por debajo de los límites biológicos de seguridad desde 2011. Por lo tanto, se mantienen en una situación crítica.

Las organizaciones ibéricas han insistido en la necesidad de establecer medidas acordes a esta situación de la población. Asimismo, han recordado que los datos científicos muestran que el declive en el reclutamiento de los últimos años está también ligado a cambios en las condiciones físico químicas de las aguas ibéricas motivado por el cambio climático.

Estos factores en cambio continuo avalan el hecho de que las poblaciones como la sardina ibérica se deben preservar con medidas más precautorias: una gestión adaptativa, una mayor monitorización así como un control efectivo que prevenga el colapso de la población y la consiguiente ruina de las comunidades pesqueras que dependen de ella.

El conjunto de organizaciones ha declarado: “Estamos en un momento decisivo y nuestros líderes, reunidos en la COP25 en Madrid ahora mismo, deben actuar en consecuencia con la emergencia climática. Los océanos son uno de los grandes aliados en la lucha contra el cambio climático y la necesidad de conservar y restaurar los ecosistemas marinos es más urgente que nunca. Incrementar la biomasa y la biodiversidad (de la sardina y de todas las especies), así como lograr unas redes tróficas balanceadas permitirán tener unos océanos más resilientes y les ayudarán a desempeñar su rol como captadores de carbono y mantener la temperatura global”.

Las organizaciones ambientales han vuelto a recordar que la sardina ibérica carece aún de un plan de gestión o recuperación en línea con la Política Pesquera Común (PPC) y que haya sido evaluada por el ICES como precautoria. “Es un requerimiento de la PPC que las poblaciones que se encuentren por debajo de los límites biológicos de seguridad, deben ser restaurados lo antes posible”, han matizado.

Del mismo modo resulta importante implementar y ampliar las medidas de protección efectivas como zonas vedadas para proteger a los juveniles. Medidas como esta, que se pusieron en marcha en 2019 por parte del gobierno de Portugal, pueden tener un impacto directo en el reclutamiento de años posteriores como parece haber sido el caso.

Solo mediante la adopción de una estrategia a largo plazo se podrá asegurar la recuperación de esta población y, más importante aún, un modelo de gestión serio y precautorio para cuando esté recuperada. Los detalles de dicho plan deben estar basados en la mejor información científica disponible, revisada por pares y financiada con dinero público, como es la del Instituto Portugués para el Mar y la Atmósfera (IPMA) y el Instituto Español de Oceanografía (IEO).

Según las organizaciones ambientales, las medidas de gestión adoptadas, con una clara adaptación del esfuerzo pesquero por parte del sector, han sido insuficientes a la vista de los resultados. Por ello han reclamado a las autoridades españolas y portuguesas medidas más ambiciosas acordes a los objetivos marcados en la PPC. También han recordado que el año 2020 es la fecha límite marcada por los responsables políticos con la reforma de la PPC en 2014 para tener todos las poblaciones de las aguas de la UE en niveles sostenibles de acuerdo al artículo 2.2 de la citada ley. Las organizaciones han finalizado señalando que “la semana que viene se deciden las cuotas pesqueras para la mayoría de las especies del Atlántico y la decisión de las ministras y ministros de Pesca marcará, junto con otras como la de la sardina ibérica, si Europa apuesta por unos mares sanos que ayuden a combatir el cambio climático o no”.


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