CGT recibe en Madrid a las sindicalistas condenadas en el caso de ‘La Suiza’ de Gijón
- El encuentro se realizó en la sede confederal de la CGT a pocos días de la movilización que prepara la CNT en Madrid, frente al Ministerio de Justicia, contra los abusos de la patronal y la persecución policial y judicial al sindicalismo combativo y de clase.
La Confederación General del Trabajo (CGT) ha mantenido este martes 20 de septiembre, un encuentro con las compañeras sindicalistas condenadas en el caso de la pastelería ‘La Suiza’, en Gijón (Asturias). De este modo, CGT ha querido apoyar la lucha de estas compañeras y también mostrar su preocupación ante el aumento de los montajes policiales y procesos judiciales hacia la clase trabajadora, el sindicalismo combativo y el movimiento libertario en los últimos años.
“Hacer sindicalismo no es delito”, es la campaña de concienciación a favor de la lucha obrera que ha iniciado la CNT tras conocerse que seis trabajadoras podrían ir a la cárcel por ejercer el derecho fundamental a la libertad sindical. Los hechos se remontan al año 2017, cuando una trabajadora de la pastelería ‘La Suiza’ denunció las lamentables condiciones laborales que tenía en la empresa de José Álvarez Rodríguez. El empresario consintió que esta mujer estuviese durante dos años haciendo horas extras no remuneradas y sin disfrutar de sus vacaciones. Además, realizaba comentarios sobre su ropa interior y le llegó a remitir imágenes de contenido sexual. Cuando la trabajadora decidió poner fin a esta situación empezó el acoso laboral, y el lugar al que acudía cada día a ganarse la vida se transformó en un espacio insoportable. Sin embargo, lo peor llegó después, cuando la empleada en cuestión comunicó a la empresa su embarazo. La carga de trabajo para ella aumentó y hasta en dos ocasiones temió por la vida de su bebé.
La CNT siempre respaldó a esta compañera y lo hizo de cara y frente al local físico de la pastelería. En sus acciones de protesta pacífica, los y las anarcosindicalistas exigían el pago de lo que el dueño de la empresa debía a la compañera acosada, pero también pretendían evidenciar el trato indigno que estaba sufriendo esta persona, primero por ser trabajadora y luego por ser mujer. La CNT, como haría cualquier organización de clase, combativa y feminista, actuó bajo el principio de que ninguna agresión puede quedar sin respuesta.
La familia dueña de ‘La Suiza’ es poderosa y tiene múltiples contactos en los entornos del poder: policías, jueces, políticos. No dudó en tocar todos los que pudo e iniciar una campaña de desprestigio hacia la trabajadora, hacia la CNT y hacia el sindicalismo que entiende la acción directa, el apoyo mutuo y la solidaridad entre trabajadores y trabajadoras como mejor arma. La justicia ya se ha pronunciado y gracias al “trabajo” policial, al servicio de la clase política y empresarial, cada compañera ha sido condenada a 3 años de prisión y a pagar un total de más de 150.000 euros a la familia de la pastelería.
Sin duda, este caso es uno de los más graves que han tenido lugar en los últimos años, porque conjuga elementos que ya conocemos demasiado bien: los montajes policiales y la connivencia de los poderes del Estado con el poder económico. Pero lo más terrible son las elevadas penas y las desproporcionadas multas que se han impuesto a estas compañeras por concentraciones pacíficas, y legalizadas, ante unos hechos totalmente injustos por parte de esta empresa.
Este ataque es una agresión a toda la clase trabajadora, y es por eso que desde CGT –que conoce bien lo que es tener a muchas compañeras procesadas y represaliadas por hacer sindicalismo- se ha solidarizado con ellas y ellos, y realiza un llamamiento a toda la sociedad para que se participe masivamente en la manifestación que se prepara en Madrid para este sábado 24 de septiembre, en la calle San Bernardo, 19 de Madrid, frente al Ministerio de Justicia.
Por último, desde CGT han querido manifestar que la única salida que le queda a la clase obrera es la barricada conjunta en unos momentos donde los gobernantes y sus leyes han dado la espalda a la mayoría social para favorecer al capital.