Redacción •  Actualidad •  18/12/2025

Antonio Maíllo impulsa un Gobierno de cambio en Andalucía en plena campaña por la recuperación de lo público

  • Maíllo realizó estas declaraciones tras descartar que Moreno Bonilla vaya a adelantar las elecciones autonómicas previstas para 2026, argumentando que el PP carece del apoyo ciudadano suficiente para justificar esa decisión. En ese mismo contexto, el líder de Por Andalucía enfatizó que el actual ciclo político en la comunidad está marcado por un “carrusel de imprevisión” y por problemas estructurales en servicios esenciales como la sanidad, la educación y la atención a la dependencia.
Antonio Maíllo impulsa un Gobierno de cambio en Andalucía en plena campaña por la recuperación de lo público

Almería, 18 de diciembre de 2025 — En un ambiente político tenso y con la vista puesta en las elecciones autonómicas de 2026, Antonio Maíllo, candidato de la coalición Por Andalucía a la Presidencia de la Junta, ha intensificado su ofensiva contra el gobierno del Partido Popular (PP-A), al que acusa de propiciar un “deterioro planificado” de los servicios públicos básicos. Sus declaraciones desde Almería no solo buscan cuestionar la gestión del presidente Juanma Moreno Bonilla, sino también articular un proyecto alternativo capaz de aglutinar a la ciudadanía progresista en un momento de fragmentación a la izquierda del PSOE en Andalucía.

Un paso al frente motivado por la coyuntura política

La decisión de Maíllo de presentarse como candidato de Por Andalucía responde, según sus propias palabras, a una combinación de factores: la percepción de que los actuales responsables autonómicos han agotado sus fórmulas de gestión, la necesidad de articular una alternativa sólida y una respuesta a la percepción ciudadana de deterioro en servicios esenciales como sanidad, educación o dependencia. En su análisis, los presupuestos autonómicos aprobados recientemente ponen de manifiesto un “diseño absolutamente planificado” por parte del PP para debilitar lo público, algo que, a su juicio, exige un cambio de ciclo político.

Maíllo se presenta así no solo como portavoz de la crítica al gobierno conservador, sino como un dirigente dispuesto a levantar un proyecto de izquierdas que supere la fragmentación tradicional en Andalucía. En cartas internas y discursos recientes, ha defendido que su candidatura nace de “sentir la misma sensación entre la militancia: a pesar de las dificultades, somos gente que nunca se rinde”, subrayando que su paso al frente es fruto de una demanda colectiva más que de ambición personal.

Antonio Maíllo

Expectativas de Por Andalucía y el desafío de la unidad de la izquierda

Por Andalucía nació como un espacio de confluencia que aspira a unir a distintas fuerzas progresistas, con la intención de disputar al PP-A la mayoría en la Junta. IU, Sumar y otros colectivos forman su núcleo, y Maíllo ha insistido en la voluntad de convertir esta coalición en referente de la izquierda andaluza. Su hoja de ruta pasa por extender la propuesta por todo el territorio andaluz a partir de enero de 2026, combinando la movilización social con la elaboración de un programa electoral que escuche “a la sociedad civil organizada”.

Sin embargo, la unidad de la izquierda continúa siendo un objetivo desafiante. Podemos, que comparte espacio ideológico con Por Andalucía en muchos aspectos, aún no ha cerrado plenamente su integración en la coalición en todas las circunscripciones, lo que obliga a Maíllo a mantener abiertas las puertas a futuras incorporaciones sin renunciar a un mensaje de amplitud.

Aún más compleja es la relación con Adelante Andalucía, fuerza que también compite por el mismo espacio electoral progresista. Liderada por José Ignacio García (tras la salida de la carismática Teresa Rodríguez), Adelante Andalucía rehúsa integrarse en un proyecto amplio y opta por su propio camino, lo que contribuye a la división de la izquierda frente a un PP que mantiene una posición dominante en las encuestas.

Las expectativas de Por Andalucía, según los sondeos, apuntan a que podría mantener o ganar un escaño respecto a la legislatura anterior, situándose en torno a un 7–8 % del voto, cifras modestas que reflejan el reto de consolidarse como opción real de gobierno frente a la fuerza hegemónica del PP y pese a la fragmentación de la izquierda.

Consecuencias del tratado con Mercosur

María Jesús Amate

La coordinadora provincial de Izquierda Unida en Almería, María Jesús Amate, ha analizado por su parte la situación de crisis que atraviesa el sector agrario en la provincia. Coincidiendo con la jornada de movilizaciones de los agricultores almerienses en Bruselas, Amate ha denunciado lo que califica como un asfixiamiento del campo andaluz y, de manera específica, de las explotaciones de Almería. Según la representante de la formación, los problemas estructurales que sufren los profesionales no derivan de normativas como la Agenda 2030 o el Pacto Verde, sino de la actual regulación de la Política Agraria Común.

Amate ha recordado que la formación lleva años advirtiendo sobre las consecuencias de estos convenios internacionales. En la actualidad, el foco de preocupación se sitúa en el tratado con Mercosur, así como en los acuerdos con Marruecos que permiten la comercialización de productos saharauis. Izquierda Unida considera que estas políticas comerciales generan una competencia desleal que afecta a la viabilidad económica de las familias que dependen de la agricultura en la provincia de Almería.

Críticas al Gobierno de Moreno Bonilla

La campaña de Maíllo se apoya en un discurso que sitúa a la sanidad pública como epicentro del descontento ciudadano, en un contexto donde los problemas estructurales en la atención sanitaria han salido a la luz de manera recurrente. Casos como la crisis en los programas de cribado de cáncer de mama han alimentado la percepción de que el sistema sanitario andaluz “se desangra”, una acusación recogida tanto por las mareas blancas como por la oposición política.

Además de la sanidad, las críticas a la gestión de Moreno Bonilla abarcan otros frentes:

Servicios públicos y dependencia: Maíllo y otros líderes progresistas denuncian recortes o insuficiencias en educación y atención a la dependencia, vinculándolos a un sesgo hacia la privatización.

Corrupción y desgaste institucional: Escándalos como la apertura de investigaciones judiciales sobre cargos del PP en municipios como Estepona se suman al desgaste político de la marca PP-A, que, según parte del electorado, ha perdido credibilidad.

Desgaste electoral: Las encuestas indican que la valoración del gobierno autonómico ha caído, con un porcentaje significativo de andaluces calificándolo negativamente, lo que alimenta el discurso de necesidad de cambio.

Mientras Moreno Bonilla defiende su gestión, poniendo en valor logros y reivindicando el trabajo de los profesionales públicos frente a lo que califica de “campañas de descrédito”, la oposición —encabezada en parte por Maíllo— articula una narrativa de deterioro y agotamiento del modelo actual.

Un momento decisivo para Andalucía

Con menos de un año para las elecciones autonómicas, el tablero político andaluz se perfila como un escenario incierto. Por Andalucía, liderado por Maíllo, intenta presentarse como la alternativa progresista capaz de recuperar servicios públicos y frenar las políticas del PP-A, al tiempo que lidia con la atomización tradicional de la izquierda. Si logra o no consolidar ese espacio unificado será uno de los grandes interrogantes de la próxima contienda electoral en la comunidad.


Por Andalucía /