Redacción •  Actualidad •  16/05/2025

Aplauden la sensibilidad antiextractivista de la Diputación Provincial de Cáceres

  • Ecologistas en Acción de Extremadura habían denunciado en 2024 la proliferación de proyectos mineros en la provincia de Cáceres, la mayoría de litio: Acebo, Carbonero, Esperanza, Las Navas, Peña, Salvaleón y Valdeflores; además del de Campillo de óxidos de hierro y el de La Parrilla de Wolframio.
  • Es de agradecer que los vecinos de la Sierra de Gata hayan conseguido que sus alcaldes y alcaldesas los acompañen en su oposición a los nocivos proyectos mineros que acechan a su comarca y que la Diputación Provincial de Cáceres se haya pronunciado contra la megaminería.
  • Consideramos que todas las comarcas deben contagiarse de este sentimiento, como ha hecho la Diputación Provincial y ayudar a clarificar las afecciones del resto de proyectos mineros de la provincia, ¿es que no hace daño la mina de Valdeflores a la ciudad de Cáceres o una mina a cielo abierto como la de Cañaveral, en pleno Monte Catalogado de Utilidad Pública y encima del acuífero de Galisteo?
Aplauden la sensibilidad antiextractivista de la Diputación Provincial de Cáceres

 Comunicado

La Federación de Ecologistas en Acción de Extremadura como la gran mayoría de los extremeños y extremeñas hemos apoyado a la vecindad serragatina en la defensa de su territorio y el sistema de desarrollo rural apoyado en usos agroganaderos y de transformación de alimentos y productos sostenibles. Sierra de Gata no solo cautiva a los visitantes y turistas, también atrae población en busca de una mayor cercanía con la naturaleza.

Afortunadamente, la riqueza de la provincia de Cáceres y la mayoría de estos valores naturales y culturales sigue hacia Las Hurdes, el Valle del Ambroz, el Valle del Jerte, el Campo Arañuelo, Los Ibores, Las Villuercas, el Parque Nacional de Monfragüe, los Canchos de Ramiro, el Tajo Internacional, la Sierra de San Pedro, la Sierra de Montánchez, los Llanos Cáceres y Trujillo. Para mucha gente, tanto los que han venido a vivir a Extremadura en las últimas décadas como los de varias generaciones que han salido de la región a trabajar, sienten que Extremadura tiene algo especial, una naturaleza exuberante que atesora una biodiversidad ya desaparecida en otros lugares y una calidad de las aguas que debemos cuidar. El supuesto maná del extractivismo es incompatible con la conservación de estos tesoros naturales y la Sierra de Gata reclama su territorio libre de minas.

La fiebre del desarrollo masivo del coche eléctrico obvia que el problema del calentamiento global ha llegado por el uso compulsivo de combustibles fósiles. Y la solución que se propone para el cambio climático es seguir con un uso desenfrenado de minerales y el mega extractivismo que ello comporta. Y así, presionadas, nos sentimos muchas personas en Extremadura porque se nos pide “sacrificio por interés general”, un interés general basado en fabricar vehículos privados por encima de los 25.000€, que no muestran el camino de una transición justa y lo peor, a costa de arrasar el gran patrimonio natural y biodiversidad de la región extremeña. Nos proponemos industrializar el territorio que compartimos con muchas especies por una supuesta necesidad humana, obviando que el planeta tiene recursos limitados para satisfacerla. En los últimos años no cesan propuestas de plantas fotovoltaicas, parques eólicos, plantas de biogás, macrogranjas de cerdos, centros de datos y de megaminas, que se suman a nuestros reactores nucleares, al uso hidroeléctrico de nuestros ríos.

Tres de los 7 proyectos seleccionados como estratégicos en España están en territorio extremeño, “ La Parilla” , promovido por una empresa que debe 50 millones a los proveedores locales y 150 más a otros acreedores, una mina ya prácticamente explotada en la que parece que la motivación es conseguir subvenciones de las diferentes administraciones, ¿para pagar las deudas? Una desgraciada muestra de que la economía local no siempre es beneficiaria de los proyectos mineros.

Aguablanca, otro proyecto ya explotado a cielo abierto, cuyos trabajos cesaron en 2015. El 1 de septiembre de 2022 se dictó resolución para su restauración y clausura. Pero un cambio de propietarios propiciado por los millones de subvención de la Unión Europea llevó a la presentación de un nuevo proyecto de explotación por el interior. Este proyecto se basa en una declaración de impacto ambiental que dejó de estar vigente en agosto de 2023. Recientemente Ecologistas en Acción ha presentado recurso contencioso-administrativo por la necesidad de realizar un nuevo proceso de evaluación ambiental.

Y Las Navas, donde se quiere minar a cielo abierto y luego rellenar las cortas de relaves de mina en un monte catalogado de utilidad pública, apenas a 2 kilómetros del acuífero de Galisteo y una escombrera permanente de más de 80 hectáreas de superficie y 36 metros de alta, ya sobre el acuífero e inmediatamente por encima del canal de riego agrícola de Holguera y Valdencín. Un peligro para toda la comarca del Alagón.

Se agradece que la Diputación de Cáceres se haya contagiado de la sensibilidad contra la minería de la gente serragatina, y se pide que ese sentimiento valga también para apoyar a otros ciudadanos cacereños con sensibilidad antiextractivista. Pedimos que este apoyo se amplíe contra la mina de Piedras Albas, la de Valdeflores, la de las Navas o la de la Parrilla. Y pedimos a la Diputación de Badajoz que haga lo mismo con las minas de su provincia, como merecen la ciudadanía de la comarca de Olivenza, Alconchel, Ossa Mayor, Aguablanca y lo que le toca de La Parrilla en Santa Amalia.

¡¡¡EXTREMADURA SIN MINAS!!!


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