Redacción •  Actualidad •  16/01/2017

España empieza a reconocer el derecho de asilo a las víctimas de trata

  • En el último trimestre han sido reconocida la protección a 12 mujeres subsaharianas y sus hijos menores.
  • “Yo no sabía que podía pedir asilo, conté mi historia y mi abogada de CEAR pidió que se reconociera mi condición. Gracias a eso ahora vivo sin miedo”, cuenta una de ellas.
España empieza a reconocer el derecho de asilo a las víctimas de trata

Las autoridades españolas han comenzado a reconocer en el último trimestre del año 2016 la protección internacional a mujeres que habían sido víctimas de trata con fines de explotación sexual. Se trata de 12 mujeres subsaharianas, y algunos de sus hijos menores de edad, que han contado con la asistencia jurídica por parte de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

Anteriormente se habían producido resoluciones favorables en contadas ocasiones, pero el criterio adoptado los últimos meses supone, según la entidad, un gran avance que puede salvar vidas. Durante años, CEAR ha reclamado en organismos judiciales españoles y europeos que los Estados están obligados a conceder el estatuto de refugiado a las víctimas de trata, ya que supone una persecución por motivos de género.

“La trata de seres humanos con fines de explotación sexual es una gravísima violación de derechos humanos de las personas que la sufren, un atentando contra su dignidad e integridad, que puede llegar incluso a provocar la muerte”, sostuvo Paloma Favieres, coordinadora de los servicios jurídicos de CEAR.

Desde la organización recuerdan la obligación de los estados de garantizar el principio de no devolución, por lo que confían que este criterio se aplique a todas las víctimas de trata con solicitudes de asilo pendientes de resolución y cuya vida o integridad corra peligro en el caso de ser devueltas a su país. Hasta ahora, las autoridades españolas en muchos casos no garantizaban la protección necesaria para estas personas.

La trata con fines de explotación sexual supone una violación de los derechos humanos con gravísimas consecuencias físicas y psicológicas y es considerada por Naciones Unidas como una forma moderna de esclavitud.

“Yo no sabía que podía pedir asilo, simplemente conté mi historia y mi abogada de CEAR pidió que me protegieran. Gracias a eso ahora vivo sin miedo”, cuenta una de las 12 mujeres que han visto aceptada su solicitud de asilo en el último trimestre.

De acuerdo con la Convención de Ginebra y otros convenios internacionales sobre esta realidad, CEAR lleva años reclamando el derecho de asilo a las mujeres víctimas de trata, tanto en los puestos fronterizos como dentro del territorio.


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