Sanción de 45.000 euros por almacenamiento de estiércol en suelos permeables de la zona de Pedrezuela
- Tras las balsas de purines y otros numerosos vertidos, continúan los abusos agroganaderos en la zona de Miraflores de la Sierra-Pedrezuela.
- Los numerosos vertidos y filtraciones ponen en riesgo sanitario y ambiental las reservas de agua que se almacenan en el embalse de Pedrezuela.
- Con esta importante sanción, la Consejería de Medio Ambiente parece reaccionar tras la indolencia con la que trataba anteriores denuncias.

La situación del río Guadalix no puede ser más lamentable: desecado durante varios meses, receptor de toda clase de vertidos procedentes de la actividad ganadera de la zona de Miraflores de la Sierra-Pedrezuela. Su cauce evoluciona de un canal seco a un colector a cielo abierto. Para intentar frenar esta situación venimos presentando denuncias sobre algunas actividades. Así, el 15 de octubre de 2024 presentamos denuncia, ante diversas administraciones y servicios de la Comunidad de Madrid, por almacenamiento de grandes cantidades de estiércol, lo que dio lugar, dos meses después, a la incoación de un expediente disciplinario contra el titular de la actividad por contravenir las normas que protegen los suelos y las aguas.
La acumulación de estos residuos constituye un riesgo de contaminación por nitratos de las aguas subterráneas, de los suelos y de las cercanas masas de agua, tal y como se recoge en la Resolución de 4 de febrero de 1999, de la Dirección General de Agricultura y Alimentación, por la que se publica el Código de Buenas Prácticas Agrarias, así como en numerosos estudios técnicos. El propio Reglamento (CE) nº 1069/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octubre de 2009, por el que se establecen las normas sanitarias aplicables a los subproductos animales y los productos derivados no destinados al consumo humano (SANDACH), considera el “estiércol” como uno de los residuos más potencialmente peligrosos (art. 9). La localización de estos depósitos podría afectar al agua almacenada en el cercano embalse de Pedrezuela, un recurso que forma parte de la red de abastecimiento del Canal de Isabel II. Por otro lado, los suelos afectados pertenecen a la Red Natura 2000, que excluye este tipo de almacenamientos, al aire libre y sobre suelos permeables, por los riesgos indirectos que supone a los hábitats y especies protegidas.
Aquel primer informe proponía una sanción de 30.000 euros por infracción administrativa grave (Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular). Posteriormente, la Dirección General de Biodiversidad, ha emitido resolución final por la que se impone una sanción de 45.000 eurosal titular de la planta de tratamiento de residuos.

Valle del Guadalix: entre la contaminación agroganadera y la impunidad
La agilidad en la resolución de esa denuncia contrasta con la desidia de la Administración Regional ante otras denuncias similares. El caso más evidente fue la denuncia por balsas de purines ganaderos en la zona de Miraflores de la Sierra. Hubo que recurrir al Defensor del Pueblo para que la Consejería de Medio Ambiente respondiera a las denuncias, para informar, 19 meses después de la denuncia, que las balsas no se han podido localizar.
Las irregularidades en la gestión de residuos ganaderos son una práctica extendida en la zona de Miraflores de la Sierra-Pedrezuela, como hemos puesto de manifiesto con estas denuncias. La Confederación Hidrográfica del Tajo también certifica las numerosas denuncias en los últimos años, por vertidos al río Guadalix, algunas de ellas procedentes de instalaciones ganaderas: Queserías Miraflores S.L., (expediente D-26348/A) o El Endrinal (D-27317). A pesar de su protección formal, el río Guadalix no sólo se convierte en un cauce seco de manera crónica, sino que acaba siendo el cauce al que van a parar muchos de estos vertidos, bien por filtración o por vertidos directos
Desde la Plataforma Ecologista Madrileña exigimos a las administraciones mayor compromiso con la conservación de este ecosistema fluvial, así como el más elemental rigor en la aplicación de las normativas de disciplina ambiental, ante las numerosas infracciones que una parte del sector agroganadero viene practicando en la zona de Miraflores de la Sierra-Pedrezuela.