La caza de la perdiz con reclamo, ni bien ni cultural
- Ecologistas en Acción se posiciona en contra de la posible declaración como bien de interés cultural.
- Denuncian el ocultismo en la aprobación del expediente. Ni se puede ver on line ni se envía el expediente a solicitud de las personas interesadas.
- La política extremeña es rehén del lobby de la caza y sus intereses económicos por encima del bien común.

Ecologistas en Acción de Extremadura se posiciona en contra de la posible declaración como bien de interés cultural de la caza de la perdiz con reclamo y presentará alegaciones a esta posible declaración con tintes más políticos que técnicos. La cultura es la clave para cuestionar la tradición como elemento determinante de las conductas humanas, la caza de la perdiz con reclamo es una de esas tradiciones a superar por la cultura. Declarar Bien de interés Cultural la caza de la perdiz con reclamo es una aberración de una modalidad de caza inmovilista sin sentido en el siglo XXI.
Con este tipo de declaraciones donde el uso, abuso y el maltrato de los animales pretende ser avalado y blanqueado por figuras de protección cultural no se hace ningún bien al patrimonio protegido por la figura de “bienes de interés cultural”. Desde la Junta de Extremadura se apoya la inclusión de la modalidad de caza de la perdiz con reclamo en el catálogo de Bienes de Interés Cultural (BIC) a propuesta de la Federación de Caza, en base a un informe encargado por ésta a un equipo de investigadores de Antropología Social que todavía no ha sido facilitado a las entidades que lo han solicitado, mostrándose cierto desprecio y ocultismo a la sociedad.
Que una modalidad tradicional de caza pueda dar lugar a prácticas que sean estudiadas en el tiempo es una cosa, pero, que haya existido o se siga manteniendo, no implica que deba continuar si incumple como es el caso, los estándares mínimos exigibles de bienestar animal, etología y ecología animal de la especie. Si no, de esta manera se intentaría proteger todas las técnicas crueles de caza o actuaciones humanas que han existido y existen desde el inicio de los tiempos.
La práctica de la perdiz con reclamo, que se pretende elevar a BIC, se basa en mantener enjaulado un macho de perdiz que, si cumple las expectativas del cazador, lo estará de por vida, y que en época de celo se colocará en el campo (en el pulpitillo) para que con su canto atraiga a otros machos o hembras, mientras el cazador permanece escondido a algunos metros (en el puesto) dispuesto a disparar sobre todo lo que se acerque incluido especies protegidas(recordemos la muerte de un lince en Don Benito). Es un tipo de caza que solo se puede ejercer en la época de celo y apareamiento de la especie, enero y febrero, cuando las perdices del campo son atraídas por el reclamo que los pone a tiro para el cazador. El celo y la reproducción son dos momentos en los que se prohíbe expresamente la caza por cuestión de conservación, pero también por cuestiones éticas, ya que esta modalidad priva al animal a batir el requisito mínimo de la huida. Eliminar ejemplares cuando van a realizar su reproducción es una práctica insostenible para la conservación de la especie. La jaula del reclamo tiene el espacio justo para que quepa, no puede dar ni un paso, ya que su instinto sería el de volar y estrellarse contra la jaula, lo que es considerar maltrato animal.
Es precisamente esta prohibición y el cuestionamiento europeo a esta modalidad de caza en época de reproducción y con maltrato animal, lo que está detrás de este interés por parte de la Federación Extremeña de Caza para impulsar este tipo de declaraciones, con objeto de blindar la práctica de esta actividad en Extremadura intentando dejar sin maniobra cualquier tipo de futura limitación.
Las poblaciones de perdiz roja están en declive en muchas zonas de Extremadura y necesitan políticas públicas adecuadas que deben ser articuladas a través de un plan de recuperación propuesto de forma multidisciplinar y no de medidas aisladas de cara a la galería que intentan mantener el status actual de la caza por encima de la realidad de la naturaleza. La política extremeña es rehén del lobby de la caza y sus intereses económicos por encima del bien común y de la constitución, intentando a través del chantaje público de los votos conseguir cosas que técnicamente no son ni éticas ni viables.
Por lo que ecologistas cree que la sociedad debe apostar por un cambio de estas prácticas arcaicas, tradiciones en el que exista un uso, abuso y maltrato animal para de verdad mantener relaciones con la naturaleza que respondan a una cultura en equilibrio con nuestro entorno y los seres vivos que nos rodean.
La caza de la perdiz con reclamo no es un bien para la conservación ni para la biodiversidad, comporta maltrato animal, sometimiento a cadena perpetua de por vida en una cárcel de castigo donde no puede moverse y produce la muerte de los especímenes mejor dotado en un momento crítico como es la reproducción.
Por ello, no es merecedora de una protección cultural sino más bien de un análisis sociopático de como una técnica de caza puede pervivir apoyada no sólo en el cautiverio sino en la crueldad animal. Estamos como estamos en la edad de la imagen, la fotografía, el sonido y el video digital, el disfrute del canto de la perdiz y su exhibición en la reproducción debe evolucionar con las nuevas técnicas. Y es este inmovilismo uno de los rasgos de que no estamos ante un bien de interés cultural, sino de un interés lobista para mantener un status político y económico ante la sociedad.
