Presentan los resultados de un proyecto sobre siembra de agua mediante acequias en la comarca de La Vera
- La Siembra y Cosecha del Agua consiste en una serie de procedimientos ancestrales mediante los que el ser humano recolecta el agua de lluvia o el agua de escorrentía para infiltrarla en el subsuelo, con objeto de poder recuperarla tiempo después de los acuíferos donde fue infiltrada, mediante pozos, galerías o captando manantiales.

El próximo martes, 13 de mayo, en el auditorio del centro cultural de Aldeanueva de la Vera, se van a presentar los resultados del proyecto de investigación WaSHa, realizado por el Instituto Geológico y Minero de España, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Este proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Convocatoria de subvenciones para la realización de proyectos que contribuyan a implementar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (2021-2030).
La Siembra y Cosecha del Agua consiste en una serie de procedimientos ancestrales mediante los que el ser humano recolecta el agua de lluvia o el agua de escorrentía para infiltrarla en el subsuelo, con objeto de poder recuperarla tiempo después de los acuíferos donde fue infiltrada, mediante pozos, galerías o captando manantiales.
En España existen unos pocos ejemplos vivos donde se lleva a cabo esta particular forma de manejar el agua y uno de ellos es el que realiza la Comunidad de Regantes Ocho Caños, de Aldeanueva de la Vera, en Cáceres. Aquí el agua se siembra mediante las pesqueras y mediante la infiltración del agua no consumida por las plantas, cuando se riegan pastos y parcelas de cultivo por el sistema de inundación. Las pesqueras son unas acequias de longitud variable, alcanzando algunos los 4 km y, por lo general, disponen de alrededor de un metro de anchura.
Han sido utilizados tradicionalmente para el riego de pastos de montaña, desviando las aguas de la cabecera de las gargantas y desde manantiales hacia las laderas. En las zonas de mayor altitud, hay acequias pequeñas que captan agua de manantiales que surgen en sedimentos de alteración periglaciar, y otras de mayor longitud que reparten el agua desde las gargantas hacia áreas más extensas.
En ambos casos, en su manejo hay una clara intencionalidad de generar pastizales y de retardar la salida del agua de la cuenca. Algunas de estas acequias se utilizan conjuntamente para irrigar pastos cercados y zonas de cultivo, en las que el reparto entre unos y otros queda a cargo de un sistema de turnos de riego gestionado por la Comunidad de Regantes Ocho Caños.
Esta comunidad organiza las tandas de agua entre agricultores y ganaderos. Algunas áreas cercadas e irrigadas para la generación de pastos se convierten en extensas zonas de infiltración que permiten retener el agua de la cuenca, al infiltrarse ésta en la zona de alteraciones de los granitos, donde pasa a circular subterráneamente con una velocidad notablemente inferior (1 metro al día) a la que lo hace cuando discurre por un río (1 m en un segundo).
La recuperación de las pesqueras, de la Comunidad de Regantes Ocho Caños, como las de Los Cardos, Toriles, y Poyos, en colaboración con el equipo MemoLab, de la Universidad de Granada, y la investigación hidrogeológica realizada por el Instituto Geológico y Minero de España del CSIC, dentro del proyecto WaSHa, han comprobado permitido que la puesta en marcha de estas pesqueras contribuyó a aumentar un 20% el caudal medio de la Garganta de San Gregorio, durante el periodo investigado, ya que este fuese mayor en verano. Esto implica que, seguir sembrando agua en esta garganta es esencial para disponer de agua durante los periodos secos, más aún en los años venideros, en los que los expertos pronostican un descenso de la presión media y un incremento de la temperatura.