Cumbre del Clima en Brasil: la oportunidad para escuchar las voces del Sur Global
- Amigas de la Tierra considera que esta cumbre es una oportunidad para la acción climática, el momento en el que los países deben marcar objetivos ambiciosos de reducción de emisiones e incorporar criterios de justicia climática en sus políticas.
- Una delegación internacional de Amigas de la Tierra estará presente durante la COP y participará en la Cumbre de los Pueblos.
- La Unión Europea debe liderar su responsabilidad histórica diferenciada y alcanzar la neutralidad climática para 2040.

Hoy 10 de noviembre, comienza la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, COP30, en Bélem, Brasil. La cumbre se celebra en un momento decisivo, en que las embestidas de las catástrofes climáticas no dejan de aumentar y, sin embargo, la expansión de los combustibles fósiles sigue por todo el planeta, a pesar de la aceleración de la crisis climática. Amigas de la Tierra considera que esta cumbre debe ser la de la acción climática, el momento en el que los países deben marcar objetivos ambiciosos de reducción de emisiones (NDCs) e incorporar los criterios de justicia climática en sus políticas.
En los últimos años las negociaciones climáticas han tenido lugar en “petro estados” y han sido lideradas por agentes con fuertes intereses en la industria energética fósil. El hecho de que este año se celebre en un país del Sur global con un gobierno socialista puede ser, según Amigas de la Tierra, una oportunidad para que se escuchen las voces de la sociedad civil, de las comunidades del Sur Global y pueblos indígenas, todas ellas afectadas por la crisis climática.
Los bosques tropicales a punto de ahogarse
La elección de Bélem, ciudad considerada puerta del Amazonas en Brasil, como lugar para celebrar la COP no es baladí. Se trata de un llamamiento urgente a colocar en el centro la situación de la Amazonía y la de otros bosques tropicales que sufren las mismas amenazas. En 2024, los bosques del mundo vivieron un grave y continuo declive. Se perdieron de forma permanente unas 6,73 millones de hectáreas de bosques tropicales primarios, con la agricultura industrial como la principal responsable de la deforestación.
En este sentido, Amigas de la Tierra exige a la Unión Europea frenar la deforestación en 2030, para este fin es indispensable que no debilite el Reglamento europeo contra la deforestación, ya que permitiría prácticas insostenibles que solo atenderían a intereses privados.
Por otro lado, la organización muestra su oposición al Mecanismo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por su siglas en inglés), basado en una lógica economicista de “pagos por resultados”. Los bosques no son carbono y la biodiversidad no se puede descomponer en unidades cuantificables. Además no existe un beneficio directo para los pueblos indígenas y comunidades locales que preservan estos bosques. De hecho, sus demandas exigen reparaciones históricas, derechos colectivos, autodeterminación y derechos sobre la tierra, tal y como se establece en convenciones existentes.
Reducción de emisiones sin compensaciones de CO2
La UE debería liderar las acciones de responsabilidad histórica de los gobiernos del Norte, aplicando a la ambición y financiación necesarias, ya que el gobierno de Trump estará ausente. El anuncio reciente de reducir las emisiones un 90% para 2040 por parte de la UE no se ajusta a la urgencia de los avisos científicos ni a los principios de justicia climática. Además, para su consecución se han introducido mecanismos como el uso de créditos de carbono internacionales, lo cual ha sido desaconsejado por el propio «European Scientific Advisory Board on Climate Change» por socavar la integridad ambiental. Se trata de un claro ejemplo del lobby de la industria fósil y sus técnicas de greenwashing.
En el 10 aniversario de la Cumbre de París, el objetivo del acuerdo de no rebasar el 1,5 °C a finales de siglo parece cada vez más improbable. Según el último informe de las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC) se prevé una bajada del 19–24% respecto a los niveles de 2019, muy lejos del 60% requerido para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 °C.
Amigas de la Tierra reclama medidas reales de reducción de emisiones, que Europa responda a su responsabilidad histórica y alcance la neutralidad climática en 2040, sin mecanismos flexibilizadores como los mercados de carbono. Los gobiernos no pueden seguir a merced del lobby de la industria fósil y sus falsas soluciones en forma de compensaciones, soluciones basadas en la naturaleza o la geoingeniería.
Financiación para la justicia climática
Como diversas investigaciones apuntan, la financiación climática basada principalmente en préstamos está endeudando cada vez más a los países del Sur Global. La deuda climática del Norte Global con el Sur no solo no se está pagando, sino que los países ricos se están beneficiando de la escalada de la crisis climática de la cual son responsables.
El lanzamiento de la Hoja de Ruta Baku to Belem, debe contribuir a un Nuevo Objetivo Colectivo cuantificado sobre financiación Climática (NCQC) más justo con compromisos claros y mecanismos efectivos de rendición de cuentas, que aborde la limitación del sector privado y favorezca instrumentos financieros que no generen más deudas a los países del Sur, exige la organización ecologista. Los gobiernos del Norte global deben proporcionar al menos 5 billones de dólares al año al Sur global en financiación pública, lo que constituye un pago inicial de la deuda climática contraída con el Sur Global. Esta deuda climática debe ser el marco moral del NCQC.
A su vez, se debe priorizar la igualdad de género en los programas internacionales de financiamiento para el clima. Crear y fortalecer los sistemas públicos de cuidados es un mecanismo de reducción de deuda y una forma de fomentar empleos de transición dignos y sostenibles, puntualiza Amigas de la Tierra.
Mercados de carbono, falsas soluciones
Con la aprobación del artículo 6 en la COP29 los países del Norte son responsables de llevar a las comunidades del Sur hacia el colapso. La plena operatividad de los mercados de carbono, permite que los gobiernos puedan cumplir sus objetivos en materia de mitigación a través de falsas soluciones, en vez de reducir de forma real sus emisiones, y a las empresas contaminantes sus objetivos corporativos de lavado verde mientras continúan con sus emisiones fósiles.
Además, la aprobación de los esquemas de compensación de carbono significa acaparamiento de tierras, expulsión de las comunidades campesinas y pueblos indígenas, violación de derechos humanos, violencia de género, pérdida de biodiversidad y amenazas a la soberanía alimentaria.
Transición justa feminista y minerales críticos
Amigas de la Tierra reclama una transición justa y feminista, que ponga a las personas trabajadoras y a las comunidades, sus vidas, sus necesidades y problemáticas en el centro de las políticas. Es necesario promover la aplicación de los principios de responsabilidad histórica y diferenciada y la urgencia de que el Norte transfiera apoyo financiero y fomente la innovación tecnológica en el Sur Global, garantizando que los derechos de propiedad intelectual y la transferencia de tecnología sea equitativo.
El nuevo sistema energético debe ser totalmente renovable y controlado por las comunidades, que permita acceder a la gente a la energía como un derecho. Además, ante la carrera global por hacerse con los llamados “minerales críticos”, la asociación denuncia el uso de estos para el destino militar así como para mantener un sistema de movilidad insostenible y clasista. Los gobiernos deben priorizar estos minerales para esta transición energética basada en principios de democracia energética y justicia social.
Palestina libre
Amigas de la Tierra exige el reconocimiento internacional del genocidio de Israel en Gaza y en la COP el ecocidio que implica. Además de las matanzas masivas, los crímenes perpetrados por el gobierno de Israel en Gaza y Cisjordania, han contaminado la tierra y el agua, han generado escasez de alimentos y hambrunas, cercenando el derecho a la vida de la población Palestina.
