Elecciones UE: Europa necesita liderar una transición ecológica justa
Hoy 10 de mayo, día del pistoletazo de salida de campaña electoral para las elecciones europeas, Amigos de la Tierra demanda unas políticas que realmente respondan a los intereses de la ciudadanía. Tanto el periodo de campaña como en la legislatura se debe situar a las personas y el medio ambiente en el centro de las políticas.
En estos meses tan intensos en el panorama político, Amigos de la Tierra reclama a los grupos políticos que se presentan al Parlamento Europeo que pongan el foco en avanzar hacia una transición ecológica justa tan necesaria a nivel mundial. Posiblemente este es el mayor reto al que se enfrentan los representantes europeos.
Este año, en el que las elecciones europeas son más críticas que en ningún otro momento, más de 200 organizaciones, se han unido para defender y reclamar una Europa Sostenible (1). La escalada de las fuerzas de ultraderecha y sus políticas retrógradas, xenófobas y machistas, amenazan con enterrar derechos y libertades que tanto han costado conseguir. Es indispensable caminar hacia una Europa inclusiva, sostenible, que luche para garantizar los derechos de las personas más vulnerables.
Las crisis ambientales que afectan a todos los territorios a lo ancho y largo del planeta tienen su origen en el modelo socioeconómico que representa la UE, y es precisamente el viejo continente uno de los máximos responsables del deterioro ambiental, así como del incremento de las desigualdades sociales en todo el mundo.
En este sentido la organización ecologista también plantea una serie de medidas, transversales a gran parte de los sectores industriales y a las administraciones, indispensables para luchar frente al cambio climático, fomentar el residuo cero y la economía circular, así como para proteger los ecosistemas a través de prácticas agroecológicas, tanto dentro como fuera de las fronteras de la UE.
El informe presentado por el IPBES a principios de esta semana corrobora la situación de emergencia planetaria a la que han llegado la humanidad y los ecosistemas a causa de la acción humana (2). A su vez el IPCC ya señaló en su último informe la necesidad de mantener la temperatura por debajo del incremento del 1,5°C (3). Ambos paneles científicos instan a los gobiernos a realizar un cambio sustancial del modelo socioeconómico para evitar el colapso ecológico.
El uso de recursos naturales y la gestión de residuos es una de las piezas que requieren de un cambio radical. En este escenario, seguir avanzando en el marco del Paquete de Economía Circular se convierte en una máxima. Además no podemos obviar la necesidad de prohibir definitivamente los plásticos de un solo uso. Ahora el Parlamento Europeo tendrá que trabajar por unas directivas ambiciosas de Reparación y Despilfarro Alimentario. En esta línea, los fondos de cohesión deberán destinarse a proyectos de economía circular, infraestructuras de reducción, reparación y reutilización, separación selectiva y compostaje (4).
En esta legislatura será clave alinear los objetivos europeos de 2030 con el Acuerdo de París y la ciencia. Para lograr la total descarbonización de nuestra economía en 2040, será preciso aumentar la velocidad actual de la transición energética, y duplicar los esfuerzos nacionales durante la próxima década. Será indispensable que no se traicione el espíritu de la nueva Directiva de Energías renovables, que no es otro que situar a la ciudadanía en el centro de del sistema energético y apostar por la energía comunitaria (5).
El modelo agroalimentario es otro de los bastiones que debe transformarse. En este sentido la PAC debería ajustarse a la situación actual y favorecer una agricultura a pequeña escala, diversa y sostenible, que ponga freno al crecimiento de la ganadería industrial. En este contexto, Amigos de la Tierra exige que no se abran las puertas a los transgénicos de segunda generación y que se regulen bajo la directiva de organismos modificados genéticamente y tengan por tanto medidas de control e impacto ambiental (6).
La presión a las administraciones a todos los niveles es clave para alcanzar unas políticas en las que se priorice el interés general por encima de los intereses de una minoría privilegiada. Por este motivo también es clave apostar por una Europa que defienda estas premisas y movilizarse tanto en las calles como en las urnas para construir la Europa que queremos, y exigir unas políticas que se centren en las necesidades y derechos de la ciudadanía, con la justicia social y ambiental por bandera.
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(1) Manifiesto por una Europa Sostenible:
https://www.tierra.org/wp-
(4) Recursos naturales y residuos
– Seguir avanzando en el Paquete de Economía Circular, una vez aprobada la Directiva de Plásticos trabajar para la aprobación de una Directiva de Reparación y otra de Despilfarro Alimentario ambiciosas y que reduzcan la demanda de recursos naturales y la generación de residuos.
– Asegurar que los fondos de cohesión se destinan a proyectos de economía circular, infraestructuras de reducción, reparación y reutilización, separación selectiva, compostaje, y en ningún caso a proyectos contaminantes y de fin de línea como vertederos o incineradoras.
– Trabajar desde el Parlamento europeo por la consecución de datos fiables de impactos sobre la salud de infraestructuras de gestión de residuos como incineradoras, y del uso alimentario del plástico de usar y tirar.
(5) Clima y energía
– No traicionar el espíritu de la nueva Directiva de Energías renovables. El documento aprobado a finales del año pasado, reconoce por primera vez el derecho ciudadano a consumir, producir, vender, almacenar y gestionar su propia energía renovable. A parte de la necesidad de que los Estados miembro transpongan el articulado y armonicen la legislación estatal en consonancia, es crucial evitar que el nuevo paradigma energético europeo sirva para que grandes empresas y grupos de inversión empiecen a especular con la energía renovable, traicionando así el espíritu de la nueva directiva, que no es otro que convertir al ciudadano europea en una parte activa del sistema energético.
– Detener la inversión de miles de millones del contribuyente europeo en los denominados «Proyectos de Interés Común», grandes infraestructuras energéticas de necesidad altamente cuestionable encaminadas a enriquecer el bolsillo de unos pocos a costa de dinero público. Además, estos proyectos bloquean grandes partidas de dinero que podrían ir destinados a adaptar las redes de baja tensión en el ámbito municiapl, o a una mayor penetración de energía renovables en el sistema nacional.
– Alinear los objetivos europeos de 2030 con el Acuerdo de París y la ciencia. Para lograr la total descarbonización de nuestra economía para 2040, será preciso aumentar la velocidad actual de la transición energética, y duplicar los esfuerzos nacionales durante la próxima década. Si Europa quiere postularse como el líder de la lucha contra el cambio climático, es preciso que presione y estimule a los Estados miembros para que presenten objetivos legislativos más ambiciosos (i.e. Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima).
(6) Agricultura y alimentación:
– Moratoria a la expansión de las macrogranjas y acabar con las subvenciones a la ganadería industrial: Pese a ser una de las principales causas de pérdida de biodiversidad, cambio climático y sobre explotación del agua y el suelo, tanto dentro como fuera de las fronteras de la Unión Europea, la ganadería industrial se sigue expandiendo por todo el territorio europeo (especialmente en el Estado Español) mientras recibe ingentes cantidades de dinero público gracias a las subvenciones de la Política Agraria Común. Es urgente frenar la proliferación de estos proyectos y garantizar que no sean financiados con fondos públicos.
– Aprovechar la reforma de la Política Agraria Común para dar un giro de 180 grados al modelo de producción industrial y favorecer la agricultura a pequeña escala, diversa y sostenible como medida imprescindible para afrontar la situación de crisis ambiental y climática.
– Impedir que entren a Europa por la puerta de atrás los cultivos transgénicos de segunda generación: Solicitamos que el cultivo y comercialización de todos los cultivos transgénicos se regulen bajo directiva de organismos modificados genéticamente y tengan por tanto las medidas de control y evaluaciones de impacto ambiental necesarias para garantizar su seguridad.