César Pérez Navarro •  Actualidad •  09/01/2020

Unidas Podemos y PSOE firman un acuerdo de coordinación parlamentaria que blinda competencias y previene disensos

  • El Grupo Parlamentario Socialista y el Grupo Confederal Unidas Podemos - En Comú Podem - Galicia en Común firmaron ayer el protocolo de coordinación y funcionamiento parlamentario para la legislatura (Ver documento PDF adjunto).
  • Con este acuerdo, los grupos parlamentarios de PSOE y Unidas Podemos coordinarán su trabajo parlamentario y aseguran las dinámicas de trabajo que garanticen la estabilidad del Gobierno de coalición progresista.
Unidas Podemos y PSOE firman un acuerdo de coordinación parlamentaria que blinda competencias y previene disensos

PSOE y Unidas Podemos han pactado un protocolo de funcionamiento y coordinación que establece la pervivencia de la coalición actual en el ejecutivo, en sus términos y proporciones, para el caso de que el presidente Pedro Sánchez decida afrontar una remodelación del Consejo de Ministros, contemplando -además- planes de contingencia para las discrepancias políticas.

Un protocolo con dos órganos de coordinación, uno en el ejecutivo y otro entre grupos parlamentarios

La iniciativa de un “protocolo de funcionamiento, coordinación, desarrollo y seguimiento del acuerdo de gobierno progresista de coalición” ha partido del PSOE y Unidas Podemos no ha puesto inconvenientes para su aprobación. Este documento quiere fijar sobre papel el propósito de una convivencia sin aristas con planes de contingencia para el caso de indeseados incidentes y desacuerdos.

Se fijan unos principios fundamentales de “lealtad, coordinación, corresponsabilidad y estabilidad”, y se establece que en un mes se creará un órgano de coordinación llamado «Comisión Permanente de Seguimiento del Acuerdo«, cuya misión será revisar el funcionamiento de la coalición y el cumplimiento de los objetivos recogidos en el acuerdo de programa así como procurar el máximo consenso en las posiciones políticas. La mesa permanente tendrá diez miembros: dos representantes de la presidencia, dos de la vicepresidencia primera, dos de la segunda, un representante de la secretaría de Estado de comunicación, otro de la oficina de comunicación de la vicepresidencia segunda, y un miembro de cada grupo parlamentario. Este será el foro donde se pondrá en común la agenda de los miembros del gobierno y se discutirán las eventuales discrepancias sobre el desarrollo del programa y su calendario.

Ambos grupos se comprometen a evitar erosionar al ejecutivo en caso de disenso.

Ambos partidos actuarán en base a una «unidad de criterio y sentido del voto» respecto a cualquier medida que forme parte del programa conjunto, tanto en el Congreso y el Senado como en el Parlamento Europeo, y respecto a las iniciativas políticas de los socios o de terceros no incluidas en el programa de coalición, pero consideradas de amplio alcance político. PSOE y Unidas Podemos se comprometen a dirimir sus diferencias en el seno de la mesa de seguimiento y, en todo caso, evitar posicionamientos abiertamente contradictorios.

También se establecen pautas para que haya coordinación previa de las enmiendas presupuestarias y de las preguntas dirigidas al gobierno en sesión de control. Es decir, el objetivo es que ambas formaciones puedan mantener perfil político propio en asuntos que desborden el marco del acuerdo programático sin que ello comprometa la imagen de cohesión de la coalición. Este funcionamiento tendrá un órgano propio, al margen de la mesa permanente, en las Cortes, una comisión de seguimiento parlamentario formada por cinco miembros de cada uno de los dos grupos. Y habrá también una coordinación de comunicación ministerial alrededor de la secretaría de Estado de comunicación, que informará a su vez a los servicios de comunicación del Partido Socialista y de Unidas Podemos.
Protocolos

El pacto fija un control en la presentación de iniciativas legislativas, sesiones de control y presupuestos: cuando cualquiera de ambos grupos «deseen presentar Proposiciones de Ley, Proposiciones no de Ley, mociones o enmiendas que afecten a la acción de Gobierno o a acuerdos explícitos alcanzados en el programa de gobierno progresista, deberán comunicarlo con antelación suficiente al otro socio y se requerirá del acuerdo de ambas partes para su presentación, así como para la posición conjunta de voto».

Igualmente, respecto a la presentación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), se acuerda que «con el fin de facilitar su aprobación, los grupos parlamentarios se los socios no podrán presentar enmiendas sin el acuerdo previo sobre las mismas».

En cuanto a la comunicación, aspecto fundamental de cualquier Gobierno, PSOE y UP resuelven «mantener una estrategia de comunicación coordinada y compartida respecto a las iniciativas y acciones que se desarrollen en los ámbitos de gestión que asuman en el gobierno progresista de coalición».

En caso de «crisis de gobierno», el documento previene que “en caso de reestructuración del gobierno durante la legislatura, se mantendrá el número de áreas gestionadas por el PSOE y Unidas Podemos y su peso relativo en el conjunto del gobierno en los términos acordados al inicio de la coalición”.

«Hacer política es navegar sobre las correlaciones de fuerzas y, por lo tanto, navegar sobre las contradicciones»

En suma, el protocolo garantiza el peso acordado por ambos grupos políticos y el respeto a las competencias asumidas por cada cual, pero blinda decisiones de Gobierno que no siempre serán del agrado de ambos coaligantes. En una entrevista publicada ayer en eldiario.es, Pablo Iglesias se refería -precisamente- a las contradicciónes que pueden suponer entrar a gobernar codo a codo con el PSOE: «Hacer política supone asumir que hay que trabajar con las correlaciones de fuerzas existentes. Recuerdo que en los primeros años nosotros quizás fuimos ingenuos a la hora de valorar la correlación de fuerzas. Había un ambiente de impugnación de todo, de la clase política, que nosotros definimos muy bien como casta; impugnación de las élites económicas, que a nosotros nos hacía pensar en un borrón y cuenta nueva: hagamos una Constitución mejor que la que tenemos; empecemos todo desde cero… Quizá ahí no había la suficiente lucidez en nuestro análisis […] luego nos encontramos con que hay reflujos, que hay reacciones y, paradójicamente, llegamos a la conclusión de que hay muchos elementos de la Constitución española, en particular los que pudo introducir el Partido Comunista hace cuarenta años, que en este momento de auge de la extrema derecha pueden ser un cinturón de seguridad y casi un programa de gobierno para un gobierno de izquierdas […].


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