César Pérez Navarro •  Actualidad •  08/03/2018

El establishment político y mediático recula y se deja arrastrar por la marea feminista

Numerosos políticos, periodistas y medios de comunicación que trataron de hacer naufragar la huelga de hoy rectifican ante el apoyo masivo de organizaciones sociales y colectivos de toda índole en todo el país. La huelga nunca se encorsetó en las etiquetas que le colocaron durante la última semana.

Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid: "He leído en algún sitio que yo había dicho que yo proponía una huelga a la japonesa para mañana. Quiero... aprovecho la oportunidad para declarar que jamás he dicho yo eso".

El establishment político y mediático recula y se deja arrastrar por la marea feminista

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, miente descaradamente. Ha rectificado sobre su llamada a una «huelga a la japonesa«, que se traduce en trabajar el doble de lo habitual, pero parece que las palabras de una camarera de piso en el Senado precipitaron la rectificación de diversas declaraciones contra la huelga feminista realizadas desde las filas del PP. Sus palabras exactas fueron estas: «La huelga que se está planteando por parte de algunos partidos el día 8 tiene más que ver con oportunismo político. Como digo yo, ese día estaré trabajando todavía más. Haré una huelga a la japonesa para precisamente avanzar en igualdad y seguir disminuyendo esa brecha salarial que hoy en día es totalmente intolerable» (minuto 34,35 del archivo de audio). Es el ejemplo más abrumador de cómo la España más reaccionaria y suspicaz ante el movimiento feminista o cualquier tipo de huelga que reivindique derechos sociales se ha visto superada por un movimiento que reconocen al fin como transversal.

Numerosas son las confusiones vertidas desde los medios de comunicación y políticos de PP y Ciudadanos fundamentalmente, aunque también desde los sindicatos mayoritarios en los días previos de la huelga feminista. Primero se negaba que se trata de lograr la igualdad entre hombres y mujeres, después que estaba «politizada» o que era una huelga «ideológica», factores ambos que pueden reconocerse en cualquier movilización, como quien dice que el agua es húmeda.

El pasado día 5, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, sentenciaba lo siguiente: «No apoyamos la huelga feminista porque no somos anticapitalistas» y porque no se puede confundir «capitalismo con feminismo». Hoy, afirma en un editorial de El Mundo que «el 8-M ya ha sido un éxito social», y que «feminismo debería ser una palabra tan limpia como fraternidad. Como libertad e igualdad». En su cuenta de twitter se saca una foto con un lazo morado en primer plano, y dice que «luchará contra la discriminación y la violencia machista, por la libertad y la igualdad de nuestras madres, nuestras parejas y nuestras hijas», y a continuación cita a Clara Campoamor. No han tardado en recordarle que llevó al Tribunal Constitucional la Ley de Igualdad aprobada por el Parlament de Catalunya para que este la anulase, como ocurrió, o la abstención de C´s en una moción contra la violencia machista porque se «criminalizaba a los hombres». Tampoco se recuerdan hoy las declaraciones del diputado de Ciudadanos Toni Cantó, que aseguraba que «la mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas«, o la indemnización a su ex-jefa de prensa para evitar un juicio por acoso laboral.

Hasta el obispo de San Sebastian, que nos advirtió de que las feministas «llevan el demonio dentro», ha rectificado con el clásico de que «sus palabras se sacaron de contexto» y que la sentencia es «totalmente falsa».

Las portadas de la prensa de la derecha conservadora y/o neoliberal española se pliegan hoy ante una marea feminista que ha desbordado los paros de dos horas, las acusaciones de convocatoria atribuida a Unidos Podemos o las declaraciones de políticas como Inés Arrimadas, que se manifestaba «feminista pero no comunista» para justificar su rechazo a participar en la huelga de hoy. 

Además de rectificaciones, se observa estos días el oportunismo político de quienes se suben al carro del feminismo. Si el 10 de noviembre de 2017 Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea presentó en el Congreso de los Diputados una Proposición de Ley de igualdad retributiva entre mujeres y hombres, el PSOE presentó otra proposición casi calcada en la segunda mitad de febrero y al calor de la convocatoria de huelga feminista.


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