Mareas Blancas denuncian cierre de camas bajo la aberrante excusa de las vacaciones sanitarias
Debemos exigir que se activen todos los elementos para que los malos gestores rindan cuentas o se vayan a casa cuanto antes. Años de experiencia con este método y seguimos mal.

Comunicado
El fenómeno no es nuevo. Llevamos más de 20 años padeciéndolo. En esquema, resulta que las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas han descubierto un chollo. Como resultado de los contratos basuras que ofertaban para sustituir a los profesionales sanitarios cuando tomaban sus reglamentarias vacaciones veraniegas, no encontraban suficientes candidat@s.
Durante años, se hicieron campañas para denunciar esta aberración en la gestión sanitaria pública. Los veranos eran períodos más peligrosos para enfermar porque se reducían las plantillas activas y porque se cerraban recursos desde Julio hasta Septiembre. Cuando superaron ese período inicial, descubren el “tesoro oculto”. No sustituir, de forma programada, a los profesionales sanitarios por norma. La excusa, no hay personas que acepten nuestros miserables contratos. Se inventaron las “vacaciones sanitarias”.
Como las enfermedades no toman descanso y podemos enfermar en cualquier momento del año, resulta que en los veranos “nos la jugamos”, es decir, nuestra salud está en riesgo y así un año tras otro.
¡¡¡ Indignante !!! Debemos exigir que se activen todos los elementos para que los malos gestores rindan cuentas o se vayan a casa cuanto antes. Años de experiencia con este método y seguimos mal.
Como en cualquier otro asunto, hay diferencias cuantitativas en las diferentes Comunidades Autónomas pero no tanto desde el punto de vista cualitativo. Según en Sindicato de Enfermería los datos pormenorizados como orientación de lo señalado sobre los cierres son: C. Andaluza 2.200 camas; 1.539 camas en C. Madrid; 1.300 en C. Catalana; 910 en la C. Valenciana. En C Aragonesa y C.Gallega son 700 camas, respectivamente; en Euskadi el cierre previsto es de 619camas. En C. Extremeña, la cifra estimada es de 500 camas cerradas; 373 en C. Castilla-La Mancha; 370 en C. Asturiana y 317 en C. Murciana. En C. Castilla y León, son, al menos, 250 camas; en C. Cántabra, 164; 146 en C. Navarra; con 116 camas en C. Balear y 54 en La Rioja. En Canarias y Ceuta, parece que no se prevén cierres.
Otra característica de estas “vacaciones sanitarias” es el cierre de recursos trascendentales. Se reducen camas hospitalarias, los quirófanos dejan al mínimo su actividad programada o se cierran directamente, los servicios centrales hospitalarios sobreviven con una reducción de sus funciones (hablamos de radiodiagnóstico, analíticas, microbiología…). El argumento que suelen utilizar de forma frecuente es que se desarrollan obras de rehabilitación, que cuando las seguimos o no existen o son de escaso contenido. Nos tratan como si fuéramos idiotas.
El resultado de esa gestión sanitaria veraniega es que, cuando termina Septiembre, las listas de espera diagnósticas, quirúrgicas y de todo tipo se han disparado y cada vez aumentan más. La medicina privada se frota las manos. Sin olvidar los riesgos, incluso vitales, que la población ha padecido por la reducción manifiesta de los recursos sanitarios públicos.Todas estas decisiones políticas se toman, dando igual que sean comarcas en las que en verano se reduce la ciudadanía que en las que se multiplican las personas que hay que atender. Evidente prevaricación de quiénes están detrás.
Para rematar este análisis, no queremos obviar la emergencia climática veraniega que hace mucho más vulnerables a amplios sectores sociales. En estos momentos la cifra de muertes en España por calor extremo asciende a casi 2.200 fallecimientos en 2025, 1.207 mujeres y 961 hombres.
Las organizaciones sociales y profesionales nos rebelamos frente a estas aberraciones sanitarias siendo las Mareas Blancas las herramientas que mantienen de forma continuada sin medir esfuerzos la denuncia y exigencia para subsanar de una vez una práctica perfectamente subsanable por gobiernos que pagamos para una gestión eficiente y no enviciada que tiene en su ADN que la salud es un lujo y no un inmenso beneficio social para el país.