Una acampada protesta contra la apertura del que será el matadero más grande de Europa, en Binéfar (Huesca)
Las obras del macromatadero están bastante avanzadas, y realmente tenemos miedo de que abra sus puertas pronto. Por eso desde aquí hacemos un llamamiento de apoyo a nivel estatal y europeo para poder poner un foco de atención en este sitio, y que nunca llegue a funcionar. Necesitamos ser más gente y necesitamos relevos. También es vital el compromiso para su difusión mediática. No solo pretendemos que esté matadero nunca abra, si no que queremos crear un debate sobre como nos relacionamos con los demás animales, y como nos relacionamos con la Tierra.

Comunicado Plataforma de Stop Macromatadero Binéfar
«En el mes de febrero, a través de noticias en prensa dónde se denunciaban las opacidades dentro del proyecto en construcción del matadero más grande de Europa, activistas por la liberación animal de diferentes puntos del Estado empezamos a coordinar movilizaciones contra su apertura en diversas provincias. Este matadero se encontraban en avanzada construcción y se ubica en Binéfar, Huesca, zona de marcado carácter ganadero, siendo su principal fuente económica la explotación animal. Este lugar tiene previsto asesinar 32.000 cerdos al día, 7.000.000 cada año, y además de suponer un brutal Holocausto animal será un desastre a nivel medioambiental. El responsable de este proyecto es Piero Pini, empresario italiano relacionado con la Mafia, y actualmente en prisión en Hungría por blanqueo de dinero, fraude fiscal e irregularidades laborales.
Aparte de coordinar las movilizaciones provinciales, un grupo de personas inspiradas en las luchas de Arraijanal(Málaga), las ZADs (Francia) y Hambach (Alemania), decidimos acampar frente al matadero, poniendo así una oposición permanente contra este espacio de la muerte, y levantando una voz desde aquí contra la explotación de los animales. Creemos que tiene sentido hablar de liberación animal en un sitio como éste, rodeado de abuso y esclavitud hacia los demás animales, es innumerable la cantidad de camiones llenos de animales camino al matadero que pasan cada día por aquí, y granjas que existen en esta zona.
Por estos motivos, una quincena de personas venidas de lugares distintos del estado, decidimos comenzar un campamento protesta el día 9 de marzo.
El lugar escogido es un parque público que se ubica frente al matadero, y está rodeado por la autovía, la vía del tren y una carretera secundaria, lo que nos permite la visibilidad del mensaje de queremos transmitir.
Desde un primer momento se hizo un llamamiento a la prensa, entrevistándonos en medios locales y algunos estatales. También se empezó a realizar un activismo de concienciación y acercamiento hacia el pueblo de Binéfar, con reparto de panfletos, «cubos de la verdad», degustaciones de comida vegana e incluso una mesa redonda con personas del pueblo interesadas en conocer más sobre el veganismo.
Un grupo muy pequeño de personas resistieron en un primer momento, y en el transcurso de las primeras semanas hubo una fuerte presión por parte de la policía, y agresiones de fascistas del pueblo, qué aparecían de noche intimidando, insultando, e incluso llegando a lanzar piedras contra vehículos y personas acampadas. Todo esto fue contado por eldiario (enlace de la noticia) entre otros medios.
También son constantes los insultos por parte de trabajadores del matadero y otras personas de la zona dedicadas a la explotación de los animales cuando pasan por la carretera en las cercanías del campamento. Dos semanas después del inicio del campamento, se realizó una manifestación contra el macromatadero por las calles del pueblo, a la que asistieron un grupo de personas que han mantenido las visitas frecuentes al campa.
El 5 de marzo, el colectivo Vegancha organizo unas jornadas en el campamento con charlas y talleres que reunió a más de 40 personas. Tras estás jornadas se realizó una acción en la entrada del matadero donde se cortó el paso a la obra, reivindicando su paralización. En este tiempo han pasado por el campamento multitud de activistas de diferentes puntos del estado, e incluso personas de otros puntos de Europa, que han conocido la protesta por nuestra redes sociales. La afluencia de gente ha tenido diferentes intensidades y en muchos momentos ha sido mantenida por un grupo muy reducido de personas. Aún así valoramos que está siendo una oportunidad maravillosa para tejer redes de amistad y activismo, y una forma de cohesionar la lucha antiespecista.
El pasado 25 de mayo, diversos colectivos y activistas antiespecistas llegadas de Madrid, Barcelona, Huesca, Iruña, Málaga, Valladolid, Girona, Teruel, Lleida, Valencia, Gasteiz y pueblos de la zona, nos concentramos en una marcha anunciada por nuestras redes, que terminó a las puertas del macromatadero, donde leímos un manifiesto exponiendo las razones contra su apertura y contra la explotación de los demás animales. Durante la marcha coreamos lemas como: «Liberación Animal», «Respeto y libertad para los animales», «Ese matadero lo vamos a parar», «Grupo Pini: Mafia y Explotación», «Piero, Piero, yo no te quiero» o «Los animales no son nuestros esclavos», entre otros. Después de la marcha, nos reunimos en el campamento y pudimos disfrutar de una comida vegana compartida, y de un espacio de encuentro para relacionarnos.
Las obras del macromatadero están bastante avanzadas, y realmente tenemos miedo de que abra sus puertas pronto. Por eso desde aquí hacemos un llamamiento de apoyo a nivel estatal y europeo para poder poner un foco de atención en este sitio, y que nunca llegue a funcionar.
Necesitamos ser más gente y necesitamos relevos. También es vital el compromiso para su difusión mediática. No solo pretendemos que esté matadero nunca abra, si no que queremos crear un debate sobre como nos relacionamos con los demás animales, y como nos relacionamos con la Tierra.»
En Binéfar (Huesca) está a punto de entrar en funcionamiento el que sería el matadero más grande de Europa. 15.000.000 € de nuestros impuestos invertidos para llevar a cabo el asesinato de 32.000 cerdos al día. 32.000 vidas diarias, terminadas violentamente por la insaciable sed de beneficios de una industria basada en el consumo de unos cuerpos mutilados.
Un consumo que es:
– CRUEL, ante la aplastante evidencia de que se trata de seres tan capaces de sentir dolor, miedo y tristeza, o de expresar alegría y afecto, como aquellos que llamamos “mascotas” y consideramos miembros de nuestras familias;
– INNECESARIO, conociendo el posicionamiento de las asociaciones más importantes de nutrición y dietética del mundo de que la carne no aporta ningún nutriente no disponible en otros alimentos de origen vegetal;
– INSANO, como demuestran los cada vez más numerosos estudios que lo asocian directamente con las enfermedades coronarias, la hipertensión, la diabetes topo 2 o diversos tipos de cánceres;
– INSOSTENIBLE, por el gran impacto medioambiental, tanto de las granjas intensivas, como de los propios mataderos, a raíz del enorme consumo de energía y agua potable y la contaminación atmosférica, de suelos y de aguas.
¿Qué ocurre con la potencial creación de empleo en el matadero? Quizás antes debamos preguntarnos qué consecuencias tiene trabajar en un ambiente de tal carga física y psicológica. Estas son solamente algunas que han quedado evidenciadas por muchos estudios:
– Cortes y lesiones físicas graves;
– Ansiedad, depresión, disociación y paranoia, Trastorno por estrés postraumático;
– Aumento en tasas de criminalidad, violencia doméstica, abuso de alcohol y drogas.
Desde ningún punto de vista podemos justificar este auténtico holocausto, que no solamente atenta contra el derecho a la vida de unos seres conscientes y capaces de sentir, sino que también pone en peligro nuestra salud personal, la de nuestras comunidades y la de nuestra naturaleza.