COAG exige al gobierno combatir el “fraude en el etiquetado de productos procedentes de Sáhara Occidental”

La reciente y polémica Reunión de Alto Nivel (RAN) hispano-marroquí sigue causando descontento en sectores afectados por el modo en que el ejecutivo liderado por Pedro Sánchez ha avanzado en concesiones ante el chantaje de Rabat.

Definida como la «mayor humillación» por la oposición, la cumbre y la denominada «hoja de ruta» presentada por José Manuel Albares también ha recibido la desaprobación de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG- al recordar que solo defiende los intereses de grandes empresas, lideradas por Mohamed VI, y que quienes menos importan son las personas y sus intereses.

El responsable estatal de Frutas y Hortalizas de COAG, Andrés Góngora, ha exigido que se proteja al consumidor europeo ante las políticas fraudulentas y la competencia desleal promovidas por las empresas en poder del rey marroquí, la fortuna más grande del país. «Protejamos al consumidor europeo de fraudes en el etiquetado con productos procedentes de Sáhara Occidental que llegan etiquetados como marroquíes o de modelos de producción alejados de nuestros requerimientos de calidad», ha exigido.

Adelantando una posible crisis interna y la presión de una inflación sin precedentes (16,8%), Andrés Góngora ha advertido que «a menos de un mes del comienzo del Ramadán, las protestas en Marruecos han ido en aumento. Aunque limitadas por la falta de libertades democráticas, o precisamente por ello, estas movilizaciones son importantes ya que muestran el gran descontento de la población por el encarecimiento de la alimentación.

En un artículo que aboga por dejar de favorecer intereses especulativos y revisar los acuerdos de liberalización comercial para proteger a los consumidores y a los productores y garantizar la seguridad alimentaria, Andrés Góngora señala que la denominada «crisis del tomate» pone en peligro el derecho a la alimentación de la ciudadanía marroquí. Mientras tanto, el gobierno de Marruecos se muestra pasivo ante el incremento de los precios al consumo».

El miembro de la organización agrícola más importante de España aclara que en la RAN hispano-marroquí ni los agricultores y agricultoras de uno y otro lado del estrecho son tenidos en cuenta ni tampoco las personas consumidoras se benefician de las decisiones tomadas. Ahora es la población alauita la que ve cómo su comida se encarece porque se obtienen mejores rentabilidades en otros mercados y las empresas buscan rentabilidad.

La estrategia agrícola de Marruecos se debe a la inversión del rey Mohamed VI en invernaderos en Marruecos y las zonas ocupadas del Sahara Occidental. Mohamed VI es la primera fortuna del país y se beneficia de la exportación de productos agrícolas violando la legalidad internacional, fortaleciendo el monopolio y impulsando la competencia desleal.

Algunos informes internacionales han advertido que la propiedad de invernaderos por parte del rey da lugar a una concentración excesiva de riqueza y poder en sus manos, aumentando su poder dictatorial . Además, algunos informes denuncian que la inversión de Mohamed VI en invernaderos y agricultura intensiva esta teniendo un impacto negativo y daño irreversible en el medio ambiente, siendo el sur de las zonas ocupadas del Sáhara Occidental la parte mas afectada por la política de expolio y al destrucción de los recursos hídricos.