Redacción •  Actualidad •  04/02/2022

El sector pesquero asturiano y decenas de colectivos de ámbitos esenciales rechazan de manera tajante las «falsedades» vertidas en prensa por Black Dragon Gold sobre la mina de oro de Salave

El presidente de la Federación de Cofradías de Asturias, Adolfo García, remite un comunicado a medios en representación de decenas de entidades del mundo del mar, el sector agropecuario y turístico y el tejido social afectados por el proyecto de la multinacional en Tapia de Casariego.

El sector pesquero asturiano y decenas de colectivos de ámbitos esenciales rechazan de manera tajante las «falsedades» vertidas en prensa por Black Dragon Gold sobre la mina de oro de Salave

El texto, que hace referencia a una información publicada por el diario gijonés El Comercio denuncia «las falsedades que la empresa minera sigue publicando» respecto al proyecto de la mina de oro de Salave.

En este sentido, critican que la promotora asegure que la explotación «reducirá un 99% el arsénico del subsuelo», algo que califican de «perogrullada» dado que la mina dejaría abierta «una enorme herida que no podrá suturar el relleno previsto con estériles» por la que, al recuperarse el nivel freático tras la clausura «supurará el arsénico libre durante siglos».

Por otra parte, manifiestan su inquietud ante el anuncio de la empresa de que no será preciso utilizar cianuro de sodio en la recuperación del mineral. Para los colectivos afectados «es muy posible» la fragmentación del proyecto minero, de forma que en una primera fase, con el objetivo de lograr el visto bueno de las Administraciones, no se contemple la utilización de este peligroso reactivo pero que a largo plazo, con otros gobiernos y acuerdos, se incorpore su uso mediante una ampliación del proyecto, dado que la no cianuración implica una bajada significativa de la rentabilidad de una explotación como la pretendida por la minera australiana Black Dragon Gold (BDG).

Las entidades firmantes de la nota de prensa también denuncian igualmente que aunque la filial asturiana de la empresa, Exploraciones Mineras del Cantábrico (EMC) insisten en que se medirá la calidad del agua a la entrada y salida del emisario en lo que supone una nueva falsedad dado que «el proyecto presentado únicamente prevé mediciones semestrales de la calidad del agua marina» sin analizar la composición del agua efluente «que se limita a estimar mediante un modelo teórico sobre un sondeo determinado y favorable a sus intereses» ignorando al mismo tiempo los que le son «menos favorables» confundiendo y engañando de esta manera tanto a la Administración como a la ciudadanía.

Finalmente, desmienten las afirmaciones de la multinacional y su filial española sobre la compatibilidad del proyecto con la agricultura, ganadería, pesca y turismo. «No existe un solo ejemplo de minería aurífera sostenible en Europa ni en el mundo» -responden- y para más ejemplo ponen sobre la mesa el rosario de incumplimientos, expedientes y sanciones ambientales recibidos por otras minas de oro en Asturias como la de El Valle-Boinás, en el concejo de Belmonte de Miranda y la de Carlés, en Salas.

Por estos motivos, vuelven a reclamar que la única opción coherente para el Principado en aras de proteger al territorio y sus habitantes es la de emitir una Declaración de Impacto Ambiental negativa al proyecto.


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