Ecologistas denuncia que la creación de un área de juegos infantiles en la Dehesa de la Villa constituye un daño al ecosistema
- Ecologistas en Acción consideran que la instalación del área de juegos que se está llevando a cabo en la Dehesa de la Villa impacta en el paisaje y reduce el espacio disponible para la fauna y vegetación.
- La organización ecologista, junto con varias asociaciones vecinales y locales, reclama más información sobre la gestión del expediente de contratación, así como los permisos de obra y la aprobación en la comisión de patrimonio al tratarse de un BIC.

La Dehesa de la Villa está situada al noroeste de la ciudad de Madrid, junto a la Ciudad Universitaria. Se trata de un ejemplo típico de sistema agrosilvopastoril típico de la zona occidental de la península ibérica y su singularidad radica en la mezcla y pervivencia de valores diversos: culturales, medioambientales, paisajísticos y sociales que ha generado su historia, valores que deben ser preservados y potenciados para el disfrute actual y futuro de los madrileños.
Por ello, los vecindarios y personas usuarias la perciben como un auténtico bosque en el corazón de la ciudad y en consecuencia el proyecto de creación de un área de juegos infantiles es valorado de una forma muy negativa por las asociaciones locales.
El proyecto consiste en el suministro, montaje y adecuación de elementos de juego y creación de un espacio multidisciplinar en la Dehesa de la Villa, consiste en una instalación de gran superficie y forma sinuosa que encadena varias espirales de gran amplitud, conformadas por troncos de robinia natural, que oscilan entre 1,5m y 4 m. de altura, con una separación entre ellos de 50 cm. aproximadamente. Para su adecuada fijación al terreno se han cavado zanjas de un metro de profundidad que luego se han cementado. La superficie total afectada se extiende en una amplia zona que limita y corta la visibilidad del conjunto, y supone una barrera para el paso de personas y animales. El suelo a instalar en esta zona de juegos será de caucho y sustituirá la arena de río actual utilizando, de este modo, materiales más contaminantes. Para la instalación del conjunto se han desmontado la cancha de baloncesto y los juegos infantiles que había en este espacio.
Hay que recordar que en el Decreto 112/2024, de 11 de diciembre, se declaró la Dehesa de la Villa como Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Paisaje Cultural. En el mismo se plantea la necesidad de “ garantizar la protección de sus valiosos visuales hacia el exterior que permiten la lectura del territorio, así como los recorridos escénicos interiores, conservando su valor natural, sus caminos sinuosos que ofrecen al visitante la sensación bucólica del pasado y la percepción de aislamiento de lo urbano. E intentar lograr la integración de los equipamientos y construcciones más recientes que no guardan una coherencia con su historia y esencia”.
De igual modo, se considera fundamental tratar este espacio verde como una unidad en la que ha de prevalecer el carácter forestal adehesado , y dice que debe ser objeto de especial atención cualquier actuación urbanística en el entorno del bien, así como cualquier implantación de mobiliario urbano que pudiera alterar la percepción del mismo.
Como respuesta a esta situación, Ecologistas en Acción y numerosas asociaciones vecinales y locales: Las asociaciones de vecinos de San Nicolás, Poetas-Dehesa de la Villa, Valdezarza, Paloma y Valdeconejos-Puerta de Hierro, incluidas en la coordinadora “Salvemos la Dehesa de la Villa”, reclaman más información y transparencia en el proceso de tramitación y gestión del expediente de contratación de los juegos infantiles y área multidisciplinar. Se desconoce si cuenta con la aprobación de la comisión de patrimonio y con todos los permisos necesarios para tratarse de un Bien de Interés Cultural.
La implantación de este área de juegos y multidisciplinar alterará la percepción de la Dehesa como un paisaje forestal adehesado por lo que Ecologistas en Acción exige a la administración su responsabilidad en la protección y mantenimiento del valor artístico, histórico y natural del bien de forma que asegure su perfecto estado de conservación para garantizar el disfrute presente y futuro de la ciudadanía.
Hay que destacar que la Dehesa de la Villa alberga una importante variedad de avifauna, habiéndose avistado más de 70 especies de aves, para lo que se ha habilitado un observatorio ornitológico, lo que la convierte en una joya dentro de los parques de Madrid.
En cuanto a la vegetación son protagonistas los pinos, principalmente piñoneros y carrascos, actualmente los más comunes del parque. También hay almendros y acacias. En las vaguadas húmedas aparecen chopos, fresnos y olmos. En las zonas ajardinadas se encuentran cedros y ciruelos de Pissardii. El sustrato arbustivo está principalmente compuesto por jaras, retamas, romero y zarzamoras, entre otras.
La Dehesa de la Villa guarda una parte importante de la memoria del paisaje productivo de la ciudad de Madrid, con una historia de casi nueve siglos. Ha sido fuente de abastecimiento primario de caza, leña, cultivos, ganadería o agua, y ejemplifica como pocos parques urbanos la evolución de la ciudad y de la sociedad madrileña y su aprovechamiento del medio.
Cuenta con notables vestigios patrimoniales como los restos del Paleolítico Inferior del yacimiento Achelense, o el Viaje de Agua de Amaniel. Además, en la Dehesa de la Villa se conserva el trazado de la ruta histórica que enlazaba el Palacio del Buen Retiro con el Palacio de El Pardo, y se prolongaba hasta Manzanares el Real, hoy transformada en la senda GR-124.
Además de reunir valores históricos, botánicos y patrimoniales, su valor social e identitario radica en el hecho de haber sido un espacio de uso público para los habitantes, una singularidad frente a otros espacios verdes históricos de la capital.
En consecuencia, Ecologistas en Acción denuncia que la citada instalación supone una agresión al paisaje de la Dehesa de la Villa en su conjunto, que altera el espíritu de actividades y usos relacionados con el bien común que lo han caracterizado a lo largo del tiempo y que la tramitación del proyecto no se ha realizado de una forma transparente y respetuosa con la protección que se recoge en el Decreto de calificación de Bien de Interés Cultural.