Sol, arena y ciencia: el lado sorprendente de Valencia

Valencia, la tercera ciudad más grande de España, disfruta de 300 días de sol al año y una temperatura media de 19 °C. Con un litoral mediterráneo de arena fina, es fácil entender por qué tantos la eligen para sus vacaciones de sol y playa.
Si bien la mayoría de visitantes llega atraída por el mar, otros buscan cultura, ciencia o gastronomía.
Si quieres empezar a conocerla, una buena idea es hacer un recorrido guiado a pie. Puedes apuntarte a un free tour en Valencia y dejar que un guía local te ayude a descubrir sus rincones más especiales de la ciudad.
¿Qué no puedes perderte?
Valencia tiene de todo, pero hay sitios que son visita obligada, de esos que marcan el viaje y motivo por el que en 2024, por ejemplo, la visitaron casi 12 millones de extranjeros.
Aquí tienes una ruta por sus imprescindibles, desde lo más moderno hasta sus rincones con más historia, sabores y naturaleza.
Ciudad de las Artes y las Ciencias
Si hay un lugar que te hará sentir que Valencia mira al futuro, es la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
La diseñó Santiago Calatrava y ocupa 350.000 m² en el antiguo cauce del Turia, un espacio que antes era industrial y hoy es todo cultura, ocio y arquitectura para admirar sin prisa.
El complejo tiene varios puntos que vale la pena recorrer:
- Palau de les Arts Reina Sofía: ideal si quieres ver ópera o un espectáculo en un auditorio espectacular.
- L’Hemisfèric: planetario y cine IMAX, perfecto para una tarde diferente.
- Museo de las Ciencias Príncipe Felipe: exposiciones interactivas para tocar, experimentar y aprender.
- Umbracle: un paseo ajardinado con vistas panorámicas.
- Oceanogràfic: el mayor acuario de Europa, con 45.000 animales y un túnel submarino de 70 m que te deja boquiabierto.

Historia y patrimonio: Catedral de Valencia y La Lonja de la Seda
Si quieres empaparte de la historia de Valencia, empieza por su Catedral. Se levantó en el siglo XIII sobre los restos de un templo romano, una catedral visigoda y una mezquita, así que cada piedra tiene mil historias que contar.
Su interior mezcla varios estilos: románico, gótico, renacentista y barroco, y guarda un tesoro: el Santo Cáliz, que la tradición identifica con el usado por Jesús en la Última Cena. Y si te animas a subir los 207 escalones del Miguelete, la vista de la ciudad te va a recompensar.
A dos pasos de allí está la Lonja de la Seda, Patrimonio de la Humanidad. En el siglo XV fue el epicentro del comercio valenciano, y aún impresiona su Sala de Contratación con columnas que parecen palmeras de piedra. Es uno de esos lugares que te transportan a la Valencia más próspera y marinera.
Vida local: Mercado Central y gastronomía valenciana
Si quieres probar el alma de Valencia, empieza por el Mercado Central. Desde 1928 es el gran templo de la comida en la ciudad y, de hecho, es la plaza de abastos más grande de Europa.
Además, el edificio es una joya del modernismo: hierro, vidrio y cerámica mezclados con ese toque Art Nouveau que lo hace único. Está en pleno casco antiguo, frente a la Lonja y la iglesia de Santos Juanes, y puedes recorrerlo gratis de lunes a sábado.
Y claro, hablar de Valencia es hablar de paella. La auténtica, la que nació en los siglos XIV y XV, no llevaba marisco. Los campesinos cocinaban arroz con lo que tenían a mano: verduras, caracoles y, si había suerte, conejo o pollo.
Hoy la receta tradicional incluye solo diez ingredientes: pollo, conejo, garrofó, ferraura, tomate, aceite de oliva, azafrán, sal, agua y arroz con Denominación de Origen, y hasta tiene estatus protegido.
Playas y naturaleza: Malvarrosa y Jardines del Turia
Si buscas playa en Valencia, la Malvarrosa es la más popular. Arena dorada, agua tranquila, chiringuitos, zonas deportivas y hasta gimnasios al aire libre. Tiene Bandera Azul y es fácil llegar en tranvía o autobús desde el centro en unos 30 minutos.
Para cambiar de escenario, los Jardines del Turia son un paseo imprescindible. Este parque de 9 km, en el antiguo cauce del río, es uno de los más grandes de España y conecta lugares como el Palau de la Música, el parque Gulliver y la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
A las afueras, te esperan dos joyas naturales: la Albufera, ideal para recorrer en bici o en barca y probar la paella en su lugar de origen, y el Bosque del Turia, con miles de hectáreas de pinar mediterráneo. Con espacios así, no sorprende que Valencia haya sido Capital Verde Europea 2024.
Conclusión
Valencia es de esas ciudades que se disfrutan sin reloj. Empiezas el día pensando en ver un par de cosas y acabas sentado en una terraza, charlando, mirando cómo pasa la vida. Entre el mar, la luz y su energía contagiosa, siempre hay algo que te hace quedarte un rato más.