Redacción •  Actualidad •  27/11/2017

El dimitido presidente de AENA, Sr. Vargas, ya es socio de un fondo de inversión con despacho en Londres, tras tomar la puerta giratoria

    CGT pide al Congreso de los Diputados, que se aclare el expolio que fue la salida a bolsa de Aena.

    Aena ha sido tradicionalmente un trampolín de salto de ejecutivos ambiciosos.

    CGT reclama al Congreso regulación de la dirección y la gestión de Aena que garanticen la profesionalidad de sus gestores, y no sea utilizada una vez más como puerta giratoria.

El dimitido presidente de AENA, Sr. Vargas, ya es socio de un fondo de inversión con despacho en Londres, tras tomar la puerta giratoria

Escasamente 40 días ha tardado el  recientemente dimitido presidente de Aena, sr. Vargas, en encontrar trabajo. Ha fichado por el fondo de inversiones estadounidense Rhône Group LLC, donde actuará como socio de la firma y miembro del consejo de administración de la fusionada Fluindra. Entendemos que una de las razones de su fichaje ha sido el hecho de que este fondo gestiona empresas dentro del sector aéreo.

CGT se ha dirigido a diversos Grupos Parlamentarios en el Congreso de los Diputados con el fin de alertar sobre dos cuestiones, altamente significativas en la gestión de Aena y ENAIRE:

  • La primera es el hecho de que, una vez más, nos encontramos ante otro caso de puertas giratorias, alguien que sale desde la dirección de lo público y que, sin ningún período de carencia, aprovecha el conocimiento adquirido y sus contactos para hallar un empleo mejor remunerado en el ámbito privado. Aena ha sido tradicionalmente un trampolín de salto de ejecutivos ambiciosos.

  • La segunda cuestión nos parece todavía más preocupante. Aena era una sinergia entre lo aeroportuario (AE) y lo aeronáutico (NA), hoy ENAIRE. Con la llegada del anterior presidente, José Manuel Vargas, la gestión toma un enfoque claro para convertir un servicio público en una empresa privada internacionalizable, que pudiera colmar las ambiciones, to be global CEO, de su principal gestor. Para ello era imprescindible, primero segregarla de ENAIRE, y después venderla en su integridad.

Vargas nunca escondió su voluntad de privatizar más Aena, que defendió hasta un minuto antes de abandonarla de un portazo, dejando un conflicto laboral latente en los aeropuertos de Aena. Al declarar; “Aena tiene que trabajar con criterios empresariales. Hay que pasar de despachar a vender” deja clara su postura frente al obligado servicio público que AENA SME SA debiera desempeñar…


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