La ola de calor dispara la contaminación por ozono en Madrid, sin aviso a la población
Ecologistas en Acción reclama al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid que elaboren los preceptivos planes de emergencia frente al ozono, para prevenir daños a la población.

Con la primera ola de calor del verano, en los últimos días las emisiones contaminantes del intenso tráfico motorizado del área metropolitana de Madrid, así como las del aeropuerto de Barajas, han disparado los niveles de ozono en la capital y en el conjunto de la Comunidad. Así, entre el 26 y el 28 de junio se han producido 50 superaciones del umbral de información a la población, establecido por la normativa en 180 microgramos por metro cúbico (μg/m 3 ), medidos durante una hora.
El mayor número de superaciones de este episodio se ha registrado en las estaciones de la red de la ciudad de Madrid de Barajas Pueblo (8) y Juan Carlos I (5), así como en las estaciones de la red de la Comunidad (en el Corredor del Henares), de Torrejón de Ardoz (6), Arganda del Rey (6) y Alcalá de Henares (5), todas ellas muy influenciadas por la contaminación urbana de Madrid y del aeropuerto de Adolfo Suárez – Barajas, cuyos vuelos se han disparado en estos días por el inicio del periodo estival.
La previsión de la superación del umbral de información obliga a las autoridades autonómicas y locales a advertir a las personas más sensibles a la contaminación atmosférica de que se protejan evitando en las horas centrales del día y a la caída de la tarde cualquier esfuerzo físico y los ejercicios al aire libre. También deben informar sobre la previsión de evolución de la contaminación, las áreas afectadas y la duración del episodio.
No obstante, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid se han limitado a difundir avisos rutinarios a través de sus páginas Web y app de calidad del aire una vez producidas las superaciones, mientras que, contraviniendo la normativa, no se ha realizado una difusión adecuada a través de radio, televisión y prensa, resultando por ello inoperante para proteger la salud de la población más afectada.
Esta negligencia de las autoridades madrileñas, reiterando la observada durante los últimos años, ha dejado desasistidos una vez más a los grupos más sensibles como son la población infantil, las personas mayores, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades cardiorrespiratorias crónicas, así como a los deportistas aficionados y de competición, que deberían haber sido instados a evitar cualquier ejercicio físico al aire libre desde mediodía hasta el atardecer.
Ecologistas en Acción denuncia la pasividad del Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid ante la grave situación de contaminación por ozono, que se repite todos los veranos. La responsabilidad de esta situación corresponde principalmente al tráfico urbano de Madrid y al aeropuerto de Barajas, cuyas emisiones de óxidos de nitrógeno son dispersadas especialmente por el Corredor del Henares, para transformarse a lo largo del día en ozono por efecto de la radiación solar.
La organización ambiental reclama a ambas administraciones y al resto de ayuntamientos la adopción urgente del preceptivo plan de emergencia que incluya medidas inmediatas de restricción de ambas fuentes de emisión en olas de calor, para prevenir los episodios de ozono. Los ayuntamientos de más de 50.000 habitantes y la Comunidad de Madrid arrastran un retraso de dos años y medio en la adaptación al plan marco del Estado, aprobado en 2021 por el Gobierno y las comunidades autónomas.
Asimismo, la Comunidad de Madrid sigue sin elaborar el obligado plan de mejora de la calidad del aire para reducir de manera estructural los elevados niveles de ozono que soporta en verano su territorio, con medidas permanentes de reducción de la circulación de automóviles y de la operativa del aeropuerto de Barajas, evitando los desarrollos urbanísticos alejados y dispersos y favoreciendo medios de transporte más sostenibles como el transporte público eléctrico (autobús, ferrocarril, metro).
En este sentido, Ecologistas en Acción recurrió el año pasado ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid la Estrategia de Energía, Clima y Aire 2023-2030 de la Comunidad de Madrid, que posterga sine die la elaboración y aprobación del necesario Plan para combatir la contaminación por ozono hasta “cuando se disponga de conclusiones consistentes sobre la sensibilidad a las reducciones de emisiones de los principales precursores del ozono troposférico para las principales fuentes”.
Este recurso, visto para sentencia, se fundamenta en media docena de resoluciones previas de los Tribunales Superiores de Justicia de Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana y Navarra y del Tribunal Supremo, que han condenado a sus respectivos gobiernos autonómicos a elaborar planes de reducción del ozono, con independencia de la inexistencia previa de un Plan Nacional de Ozono, que tampoco acaba de elaborar y aprobar el Gobierno central.
El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por el transporte y algunas industrias, en presencia de radiación solar.
Por inhalación, provoca irritación de los ojos y vías respiratorias superiores, reducción de la función pulmonar, un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas (asma, EPOC) y el agravamiento de patologías cardiovasculares, con resultado de hospitalización o muerte.
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), en 2022 fallecieron prematuramente entre 1.000 y 1.500 personas en la Comunidad de Madrid por la exposición a niveles de ozono como los registrados durante esta ola de calor. El ozono, además de para las personas, también es tóxico para la vegetación, dañando los parques y montes y reduciendo la productividad de los cultivos.
