¿Quién compra productos ecológicos?
La demanda de productos ecológicos en España no ha parado de crecer en los últimos años. En torno a un 10% anual acumulado desde 2017 a 2020 y un 20% más en 2021, con un gasto total que sobrepasó los dos mil millones anuales desde 2020.

Según el estudio Caracterización de la tipología y perfil sociodemográfico del consumidor de alimentos ecológicos en España, realizado por Ministerio de Medio Ambiente en 2012, el consumo de alimentos ecológicos es cada día más frecuente, hasta el punto de que «la cuarta parte de la población compra al menos una vez al mes, de forma consciente, un producto de alimentación ecológica», siendo «frutas y verduras, pollo, otras carnes y lácteos los alimentos ecológicos más consumidos» de fácil acceso en cualquier tienda ecológica.
Entre los condicionantes fundamentales en el consumo de productos ecológicos encontramos el cuidado de la nutrición y la salud, el consumo vinculado a una tendencia social, el vincular los productos a un buen sabor y considerarlos productos más selectos, y la compra concienciada a un cuidado del medioambiente además de cumplir con una producción responsable. Perfiles todos ellos que no son excluyentes.
Otros condicionantes están relacionados con los principios y valores individuales y colectivos: personas comprometidas con la sostenibilidad y el medio ambiente, que cuidan el reciclaje, el consumo de proximidad -o local- frente a los productos que llegan de otros países e incluso regiones o ciudades; que revisan las etiquetas de los alimentos, higiene personal, etc., que compran e identifican el auténtico producto ecológico frente al fraudulento. Son perfiles más implicados con el cuidado del planeta en general.
La concienciación con el principal problema a escala global, el cambio climático, ha influido decisivamente en este patrón de consumo, siendo el perfil más frecuente el de una persona joven, de clase alta o media alta, por debajo de los 40 años, destacando sensiblemente las mujeres sobre los hombres, las zonas urbanas sobre las rurales, y los hogares con hijos pequeños.
La preocupación medioambiental, la intención de comportamiento y los valores, además de las variables socio-demográficas (nivel de estudios e ideología política), son estadísticamente significativas para diferenciar los grupos heterogéneos de consumidores. Otras variables socio-demográficas como el género y la edad no han resultan tan significativas.
El consumo de productos ecológicos, según la OCU, está vinculado a conductas sostenibles en alimentación, movilidad, energía, compras y residuos. Entre estas variables, España ocupa la quinta posición, con una puntuación de 54 sobre 100, y se sitúa por encima de la media aunque por debajo de Austria, Francia, Eslovenia y Alemania. Esta información se basa en una encuesta que concluye que, aunque los españoles aprobamos en sostenibilidad, aún queda mucho que mejorar.
En España, los productos ecológicos que más se consumen son frutas y hortalizas. Es fundamental la reducción del consumo de los productos de origen animal y el incremento del consumo de los productos temporada de origen cercano «con certificados ecológicos fiables y productos a granel para reducir el impacto de los envases».
En cuanto a áreas en todo el país, estas se ha vuelto más heterogéneas, con menos predominio del norte y un mayor reparto por todo el territorio nacional.