Redacción •  Memoria Histórica •  14/08/2018

Ayer falleció a la edad de 100 años el último piloto de la aviación republicana: Miguel Ángel Sanz Bocos «Vallecas»

El 5 de Julio de 1918  nació en Arganda (Madrid), piloto de caza de Polikarpov I-16 “MOSCA”. Era Presidente Colegiado de ADAR hasta su fallecimiento ayer, a la edad de 100 años.

Queremos homenajearle publicando uno de sus escasos testimonios conservados, sobre los poco conocidos campos de concentración franceses tras la caída de la II República Española. También una entrevista realizada por "Vallecas Cultura" y Vallecas Bombardeada" en 2010.

Miguel Ángel Sanz Bocos “Vallecas” publicó un libro titulado "Memorias de un chico de Vallecas, piloto de caza de la República".

Ayer falleció a la edad de 100 años el último piloto de la aviación republicana: Miguel Ángel Sanz Bocos «Vallecas»

Testimonio de Miguel Ángel Sanz Bocos “Vallecas” (extracto del libro Memorias de un chico de Vallecas) sobre Argelès-Sur-Mer

El día 5 de febrero, se me entrego esta carta firmada por Juan Negrín:

“Se autoriza, al Jefe de escuadrilla, Ángel SANZ BOCOS, a que tome tierra en el aeródromo de Toulouse, con los miembros que componen su unidad.

Se ruega a las autoridades francesas, den acogimiento a nuestros pilotos, hasta tanto sea resuelta la situación de estos militares en Francia.”

Así que empezamos nuestra marcha a pie, en dirección al Pirineo Francés. Nos costó llegar al alto de la frontera en plena montaña. Allí ya nos estaban esperando gendarmes y guardias móviles, dándonos a entender que pertenecíamos a un ejercito derrotado. Estábamos en un país amigo y aún manteníamos la confianza en los franceses… Al día siguiente, y ya cerca de la costa, aumentó el número de gendarmes, moros a caballo, y negros senegaleses. Ya con tonos agresivos, empezaron a darnos a entender que éramos sus prisioneros. Empezamos a ver alambradas y tuvimos que llegar a la conclusión que los franceses nos habían internado y estábamos en un campo de concentración. Aquí se termino nuestra libertad en tanto que ciudadanos. Estábamos en el campo de concentración de Argelès-Sur-Mer. Por un lado, teníamos el mar y todo alrededor, un gran espesor de alambre de espino. Ninguna instalación, solo la arena, y un mes de febrero con un frío que pelaba. No había ni comida, ni agua. A los pocos días, unos obreros empezaron a instalar unas bombas de agua en la misma playa, con lo que nos procuraron agua un poco menos salada que la del mar, pero salada. Enseguida empezaron las diarreas, y a los pocos días, todos empezamos a sangrar y a no sentirnos bien. El campo estaba compuesto de una población de combatientes, de miembros del gobierno, de intelectuales antifranquistas como Salvador Bacarisse, Antonio Machado. Machado, enfermó. Lo mandaron a Colliure a unos pocos kilómetros de los campos y, el pobre, murió el día 22 de febrero del mismo año, solamente a unos días de ser liberado. Los pilotos en torno a los veinte años y con una salud a prueba de bomba, soportábamos aquello mejor que los otros internados. Muchos empezaron a fallecer por disentería, por frío y por hambre. Un día llevaron a nuestro grupo, en un tren, hasta la estación de Oloron Sainte Marie. Allí, nos internaron en el campo de concentración de Gurs.”

Poema de ÁNGEL FERNÁNDEZ :

A ti que hablas de alambradas¡ (Gurs 1940)

¡Alambradas!

¡Ay que se me va en girones lo más profundo del alma!

¡Alambradas!

Débiles muros de espinos que yo con mis pies saltara si no temiera manchar mis fuertes manos honradas.

¡Alambradas!

Cuan cogido me tenéis siendo tan frágil tu trama; Cuantas aceradas púas que sin tocarlas, desangran.

¡Alambradas!

A mí, que salté triunfante las más encumbradas vallas y volé por las regiones donde la luz es más diáfana

¡Alambradas!

¡Ay que se me vá en girones lo mas profundo del alma!…

Más información: LA HISTORIA “DESCONOCIDA” DE LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN FRANCESES DESPUÉS DE LA CAÍDA DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA


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