El pasado 3 de julio, la CRIIRAD (Comisión de Investigación e Información Independiente sobre Radiactividad), una ONG francesa de seguimiento de la contaminación radioactiva, enviaba una petición de apoyo a una campaña para oponerse a una modificación de los niveles de radioactiidad considerados legales en los alimentos y piensos, en caso de producirse un accidente nuclear.

Se trata del denominado «Informe Herranz» (IH), presentado en febrero de 2015, y llamado así en honor a la eurodiputada del PP Esther Herranz García, miembro suplente de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo.

El informe va de tolerancias máximas de contaminación radiactiva en los alimentos tras un accidente atómico. Resumidamente, y siguiendo la información facilitada por la CRIIRAD, lo que dicho informe propone es un aumento espectacular en la cantidad de contaminación radioactiva que determinados alimentos pueden tener para ser declarados aptos para el consumo humano o animal. Baste apuntar, respecto a la anterior legislación de la Unión europea, y sólo como ejemplo y sin entrar en detalles exhaustivos, que la reglamentación propuesta en el IH multiplica por 10 la cantidad de radiación «legal» de Cesio-134 y Cesio- 137 en los productos lácteos, que manipula los valores permitidos de contaminación radiactiva en el consumo de agua potable (7 mililitros por día en niños de un año y 16 mililitros por día en caso de adulto) presentándolos como generales, silenciando que el consumo medio por día según la OMS es de 2 litros y según la UE de uno, lo que equivale a aumentar la cantidad de radiación ingerida un mínimo de 140 veces en niños, y 120 veces en adultos, respectivamente; o que crea una categoría separada, denominada «Alimentos de menor importancia», en la que multiplica por 10 los valores admisibles de todo tipo de elementos radioactivos presentes (principalmente Estroncio 90, Yodo 131, Plutonio 239, Americio 241, Cesio 134 y 137, etc.) respecto a los valores de los alimentos básicos; se trata de una amplia clasificación de 31 alimentos que incluye desde cacao hasta levaduras, pasando por todo tipo de hierbas diversas y especias (ver NOTAS).

Dos constataciones a tener en cuenta: una, los materiales radiactivos son sustancias cancerígenas y mutagénicas (capaces de modificar las células) para las que no hay un nivel de seguridad determinado, y dos, el IH traslada de manera encubierta las normativas vigentes para catástrofes atómicas desarrolladas a miles de kilómetros de distancia a cualquier accidente nuclear que se produzca dentro de la Unión europea.

Pero, aún con ser importantes estas y muchas otras consideraciones puestas en evidencia por la CRIIRAD, no debemos perder de vista la cuestión más importante y silenciada, que no es otra que la motivación: ¿A qué obedece este repentino interés de una comisión gobernada por el Partido Popular Europeo, el partido más sumiso a los intereses de la industria atómica, en modificar una legislación sobre la contaminación radioactiva de los alimentos que hemos de consumir? ¿Se trata de un entretenimiento para pasar el rato y justificar un suculento salario? Resulta dudoso que la señora Herranz (eurodiputada popular originaria de La Rioja) se dedique a estas actividades simplemente para llenar sus horas de estacia en el Parlamento. Todo apunta a una orden que viene del grupo de empresas, expertos y analistas que forman el llamado «lobby nuclear», una orden que los representantes políticos por excelencia de dicho «lobby» se han apresurado a cumplir. La motivación de dicha orden, y los cálculos y análisis que la justifican son, hoy por hoy, desconocidos.

Esta es la cuestión de fondo que los grupos que han redactado enmiendas al Proyecto de Reglamento: el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdicala Izquierda Unitaria y el Movimiento Cinco Estrellas, no explican en sus, por lo demás, correctas actuaciones de impugnación, y es la pregunta que una sociedad con una seguridad alimentaria precaria, y expuesta a una contaminación radioactiva continuada tiene el derecho y el deber de hacerse.

Porque en un panorama mundial en que el gobierno del Japón ha elevado las dosis legales de radiación a las que puede estar sometida su población, convirtiendo todo el país en una inmensa sala de radiología; en que la probabilidad de nuevas catástrofes atómicas ha sido revisada a la baja después de Fukushima; en que se construyen pocas centrales nucleares nuevas, pero en que la que la indústria atómica defiende alargar el funcionamiento de los reactores activos hasta los 60 y 80 años; en que continuamente se utilizan trucos para que los alimentos y piensos contaminados por radiación eludan los controles y lleguen al consumo de personas y animales; un mundo en el que cada día 400 toneladas de agua radiactiva se vierten al Océano Pacífico, se dispersan por el globo, y entran en la cadena de nutrición de plantas, animales y personas; en que una compañía atómica puede provocar una catástrofe y salirle practicamente gratis..., en un panorama así, nada es casual.

En un mundo así, resulta difícil no pensar que, a excepción de una minoría de personas privilegiadas con recursos para controlar totalmente la composición de su alimentación, el resto de la población estamos sometidos a un interesante experimento global para detallar estadísticamente los límites «tolerables» de absorción de radiación por nuestro cuerpo, los efectos en mutaciones que aparecerán, y la cantidad de población que muere de cánceres en niveles «estadísticamente no significativos» a efectos de la energía atómica.

Como dicen los compañeros y compañeras de la CRIIRAD: la infancia es una de las principales víctimas del Informe Herranz .

Miguel Muñiz es miembro Tanquem les Nuclears - 100% EER, y mantiene la página de divulgación energética http://www.sirenovablesnuclearno.org/

NOTAS:

Sobre la señora Esther García Herranz http://www.europarl.europa.eu/meps/... y http://www.presspeople.com/nota/her...

Sobre la normativa vigente en alimentos contaminados radioactivamente. http://www.sbpr.org.br/irpa13/Anais....

Resumen en castellano del Informe de la CRIIRAD http://www.criirad.org/aliments-nma...

Sobre las enmiendas presentadas http://www.europarl.europa.eu/sides... o http://www.europarl.europa.eu/sides...

Sobre la lista de productos alimenticios de "menor importancia" http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ...

o

http://www.criirad.org/aliments-nma...