Tras la firma el 18 de marzo y ante las noticias de que se estaban cometiendo asesinatos en la frontera entre Turquía y Siria, Albiol se puso en contacto con la oficina de Tusk solicitándole la paralización del acuerdo por contravenir numerosas convenciones internacionales, convirtiéndolo a todas luces en un pacto “ilegal e inhumano”. El 12 de mayo, en una carta de contestación, el jefe de gabinete de Tusk, Pawel Gras, aseguró a la portavoz de IU que desde su punto de vista se estaba respetando la legislación internacional pero que, en cualquier caso, “la declaración UE-Turquía establece obligaciones para ambas partes y el no cumplimiento de ellas resultará inevitablemente en la suspensión de nuestros compromisos”.

Albiol cree que esas obligaciones, que llevaban como punto fundamental el respeto de los derechos humanos, “no se están respetando ni de lejos”. Y así lo pudo comprobar por sí misma a principios de mayo, cuando participó en la visita de una delegación del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea / Izquierda Verde Nórdica (GUE/NGL) a Turquía.

De este modo, la portavoz de IU respondió a Tusk y Gras el pasado viernes con otra misiva en la que daba cuenta de su experiencia en Turquía y reclamaba de nuevo la “anulación de un acuerdo que ahora la Comisión Europea y el Eurogrupo se empeñan en llamar declaración para rebajar de algún modo su contenido”. Además, Albiol adjuntó con la carta el informe elaborado por los asesores del GUE/NGL que se desplazaron a Turquía con ella y que relatan de forma nítida, y recogiendo todo tipo de pruebas gráficas y testimonios personales, las violaciones que se están cometiendo con el beneplácito de la UE.

La eurodiputada cita su visita a los centros de expulsión de Edirne y Kirklareli, “donde se lleva a las personas devueltas desde Grecia desde que la Declaración entró en vigor con el objetivo de ser deportadas”. Allí, “entrevistamos a varias personas detenidas y verificamos que ni tan siquiera tienen la posibilidad de solicitar protección internacional de manera adecuada”.

Según le confirmaron los propios funcionarios turcos que le acompañaron durante la visita, en ese centro, “no se están aceptando peticiones de asilo de ninguna persona salvo de seis (de un total de alrededor de setecientas) que las mismas autoridades habían seleccionado como susceptibles de ser protegidas”.

Hace referencia asimismo a los testimonios de refugiados en Kilis, recién llegados a Turquía desde Siria, “que denunciaban haber sido disparados por la Policía de frontera turca”. “También pudimos verificar que la frontera entre Turquía y Siria está completamente cerrada y que a ninguna de las personas desplazadas internamente en el lado sirio se le permitía cruzar o solicitar asilo”, añade antes de recordar que “Amnistía Internacional, junto a otras organizaciones que trabajan sobre el terreno, también ha documentado casos de grupos grandes de personas expulsadas en violación del Principio de No Devolución”.

Albiol sostiene que “todos estos casos violan claramente las obligaciones a las que hace referencia en su carta y que fueron adquiridas por Turquía tal y como establece la Declaración”, por lo que insta a ambos “a que suspendan este acuerdo”.