Iroel Sánchez •  Opinión •  05/12/2018

El vice de Bolsonaro y los médicos cubanos

 Los grandes medios de comunicación parecen coincidir alrededor de que en un país como Cuba no existen la libertad de expresión y el pluralismo mientras que estos sí abundan en la prensa capitalista. 

Sin embargo, algo extraño parece estar ocurriendo al respecto en los últimos días  a raíz de la retirada de los más de 8 000 profesionales de la salud cubanos que laboraban en el programa Más Médicos en Brasil, luego de que el Ministerio de Salud de Cuba declarara que el Presidente electo de ese  país Jair Bolsonaro, “con referencias directas, despectivas y amenazantes a la presencia de nuestros médicos, ha declarado y reiterado que modificará términos y condiciones del Programa Más Médicos, con irrespeto a la Organización Panamericana de la Salud y a lo convenido por esta con Cuba”.

Mientras los medios de comunicación cubanos han recogido, tanto desde Brasil como a su llegada a Cuba, a donde ya han retornado más de 2000, las declaraciones de cientos de esos galenos, la prensa que se dice objetiva sólo ha podido entrevistar a dos con nombres y apellidos que, casualmente, han decidido no regresar a la Isla. Otros que no “desean identificarse”, o el tuit de algún troll con una cuenta recién creada han sido los escasos testimoniantes de los defensores de la libertad de expresión que no dan derecho a la palabra a la mayoría que ha  decidido regresar a su país, incluyendo aquellos que habiendo hecho familia en Brasil podrán establecerse allí sin restricción alguna de las autoridades cubanas.

A quien sí dieron voz sobre el asunto esos medios de comunicación fue al Vicepresidente de Bolsonaro, General  Hamilton Mourão, quien afirmó a la agencia estadounidense AP “creo que la mitad no vuelve”. Pero AP no recordó a sus lectores que Mourão es el mismo que declaró el pasado septiembre, refiriéndose a sus correligionarios, que  “los profesionales de la violencia somos nosotros” y describió a su nieto como “un chico bonito, mírenlo ahí: blanqueo de raza”.

Durante la campaña electoral Hamilton Mourão enalteció al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, uno de los más conocidos torturadores y asesinos de la dictadura militar que gobernó Brasil de 1964 a 1985. “Los héroes matan”, dijo Mourão sobre Brilhante Ustra, célebre por colocar a una prisionera desnuda y recién torturada con electricidad en la vagina y los pechos ante los hijos de esta de apenas cuatro y cinco años. 

Con semejante inversión de valores, que considera héroes a torturadores y asesinos, es obvio que los médicos cubanos que perseveran en salvar las vidas de quienes no han podido como el Vicepresidente electo de Brasil “adelantar la raza”, deben ser grandes villanos. Lo asombroso es que la objetiva “prensa libre” no nos ponga en contexto al augur que utiliza para reforzar su nada neutral postura en este tema.

Por cierto, no se dice nada nuevo si se afirma que Michel Temer, llegado al gobierno brasileño tras la cuestionada destitución de la Presidenta Dilma Rouseff, es un neoliberal confeso, las medidas que ha implementado desde su ascenso a la máxima magistratura así lo prueban. Tampoco se revela ningún secreto si se califica a Bolsonaro y su Vicepresidente de ultraliberales, los anuncios de lo que harán tras asumir el gobierno no dejan logar a dudas sobre ello, lo que supone reducción de presupuestos de salud y educación y grandes privatrizaciones. No obstante, gracias a la denuncia cubana, tanto el gobierno saliente como el entrante aparecen ahora preocupados por conservar un programa social instalado por sus adversarios del Partido de los Trabajadores, y un decreto del gobierno de Temer ha pretendido sustituir a los médicos cubanos por galenos brasileños, pero lo cierto es que apenas un 8% de médicos brasileños convocados se presentó para sustituir a los cubanos, quienes trabajaban mayoritariamente en lugares donde nunca llegó un profesional de la salud nativo.

El escritor brasileño Fernando Morais lo había anticipado muy gráficamente cuando afirmó “los médicos olorosos y limpiecitos que hacen cursitos caros en facultades caras aquí en el Sudeste, jamás aceptarán poner sus pies allá.”
 
Fuente: Al Mayadeen

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