Sergio Alejandro Gómez •  Opinión •  14/11/2018

Los agricultores de Cuba y EE.UU. están más cerca que nunca

Los sectores agrícolas de Cuba y Estados Unidos están más cerca que nunca antes, dijo este jueves en La Habana el congresista republicano por Arkansas, Rick Crowford, uno de los más activos promotores del comercio de alimentos entre los dos países.

En sus palabras inaugurales a la primera Conferencia de la Coalición Agrícola EE.UU.-Cuba, Crowford destacó los esfuerzos del grupo bipartidista de más de 60 asociaciones, empresas y funcionarios electos de 17 estados norteamericanos por lograr la normalización de los intercambios en esta área.

El legislador estadounidense defiende un proyecto de ley para ampliar los vínculos, permitir el acceso de Cuba a crédito para las compras, así como la promoción de los negocios estadounidenses en territorio cubano. 

    En #HotelNacional de #Cuba #RickCrawford, congresista republicano de #Arkansas inaugura conferencia #Agricultura #Cuba–#EstadosUnidos pic.twitter.com/rotPPqRzDW

    — Johana tablada (@JohanaTablada) 8 de noviembre de 2018

“El principal obstáculo para los negocios entre Cuba y Estados Unidos es el bloqueo”, dijo por su parte el viceministro de Agricultura cubano, José Miguel Rodríguez de Armas. “La política actual no es favorable y va en contra de los intereses del sector agrícola de los Estados Unidos”.

El campo es uno de los sectores claves de la actualización del modelo económico cubano, añadió el viceministro tras precisar que más del 70 por ciento de la producción nacional está en manos del sector no estatal.

Rodríguez de Armas recordó las dos visitas a Cuba del antiguo secretario de Agricultura y actual CEO del US Dairy Export Council, Thomas Vilsack, que permitió la firma de un memorando de entendimiento en materia de sanidad animal y vegetal.

Al respecto, señaló que el mecanismo de cooperación mantiene “plena vigencia” y se actualiza periódicamente.

Phil Peters, uno de los organizadores del evento y especialista en los vínculos entre La Habana y Washington, resaltó la importancia de que aún se mantenga una comunicación entre el ministerio cubano y el departamento de Agricultura estadounidense. “Es necesario fortalecer ese diálogo”, añadió.

Paul Johnson, directivo de la Coalición, dijo a la prensa cubana que la Conferencia en La Habana servirá para marcar un camino sobre el futuro de los intercambios.

Entre las prioridades de su grupo, señaló, está cambiar las regulaciones que impiden el acceso cubano a créditos para efectuar las compras, así como abrir el mercado estadounidense a las exportaciones de productos de la mayor de las Antillas.

“Cuba tiene muchas cosas que vender que a los estadounidenses les gustaría comprar”, dijo Johnson.

 
Interés en el mercado cubano

En un reciente artículo en el diario digital The Hill, el legislador Crawford, junto a sus colegas Tom Emmer y Roger Marshall destacaron la importancia del mercado cubano.

Según el texto de los congresistas, Cuba ofrece una importante oportunidad de crecimiento teniendo en cuenta también la cercanía y el envío desde los puertos estadounidenses del Golfo de México y la costa este.

Cuba es uno de los pocos mercados extranjeros donde el potencial para el crecimiento agrícola de Estados Unidos es cuantificable y alcanzable, refirieron.

Las ventas agrícolas de los Estados Unidos están en su peor nivel de los últimos 12 años. Entre los vaivenes del mercado y la guerra comercial de la administración Donald Trump, decenas de miles de pequeñas granjas familiares están siendo afectadas.

La industria respalda unos 17 millones de empleos en todo Estados Unidos y los políticos de Estados agrícolas están interesados en contener una crisis similar a la de la pasada década.

No por gusto el interés de los legisladores estadounidenses por Cuba, un mercado a solo 90 millas de las costas norteamericanas.

Cuando en el año 2000 se abrió una brecha en el bloqueo de Estados Unidos para vender alimentos, el comercio ascendió rápidamente hasta alcanzar varios cientos de millones de dólares.

El cambio introducido por la administración de William Clinton en la Ley de Re­forma a las Sanciones Comerciales y Am­pliación de las Exportaciones fue en un solo sentido. Per­mitió a Cuba adquirir productos agrícolas en el mercado norteamericano pero mantuvo el veto sobre las exportaciones.

Pero la isla quedó sometida a onerosas condiciones como pagar en efectivo y por adelantado, algo totalmente atípico en el mercado internacional, a lo que se suman las restricciones en la transportación por las leyes del bloqueo.

A pesar de todo, en los últimos 15 años Cuba ha invertido más de cinco mil millones de dólares en compras de productos norteamericanos de este rubro, de acuerdo con cifras del Cuba Trade y el Economic Council.

Según la Oficina de Presupuesto del Congreso y un estudio de Engage Cuba, el levantamiento de las restricciones actuales ahorraría a los contribuyentes norteamericanos 690 millones de dólares en 10 años.

El senador por la Florida, Marco Rubio, aseguró en junio pasado que bloquearía cualquier enmienda o proyecto de ley que favoreciera el comercio agrícola con Cuba.

I have decided to block the addition of any new amendments to #FarmBill until they either accept the Cruz amendment striking the use of taxpayer $ for promotions in #Cuba or they accept my amendment that prohibits taxpayer $ being spent at business owned by Cuban military

    — Marco Rubio (@marcorubio) 27 de junio de 2018

“He decidido bloquear la adición de cualquier nueva enmienda al proyecto de ley agrícola (Farm Bill) hasta que se acepte la enmienda de (Ted) Cruz para evitar el uso de dinero de los contribuyentes para promociones en Cuba o mi enmienda, que prohíbe se emplee dinero de los contribuyentes en negocios propiedad de los militares cubanos”, escribió Rubio en su cuenta en la red social Twitter.

Durante la Conferencia en La Habana, que se extenderá hasta el próximo 10 de noviembre, los cerca de 30 participantes podrán visitar entidades agrícolas cubanas e intercambiar con los productores.

Los asistentes tendrán la oportunidad de constatar las potencialidades para la exportación hacia el mercado estadounidense una vez que se levanten las restricciones actuales.

 

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