Carola Chávez •  Opinión •  13/03/2018

Borrón y cuenta vieja

Borrón y cuenta vieja

Aquello que se llamó una vez Coordinadora Democrática, y se actualizó nominalmente hace unos años como Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que no era mesa, que era unitaria y mucho menos democrática; hoy cambia nuevamente de nombre, en otro intento de borrón y cuenta vieja.

El Frente Amplio nacional, dicen que se llama. Y, como para no perder la costumbre, ni es frente, ni es amplio, ni mucho menos nacional, ya que se está teledirigido desde el corazón de Washington D.C. El Frente tampoco en nuevo: son as mismas caras frustradas de siempre. Los mismos discursos vacíos. Las mismas consignas sacadas de empresas de publicidad, ya sabes, esos expertos en vender mentiras. El mismo cinismo.

Con sus enormes rabos de paja, con sus prontuarios golpistas, con cara de gente digna indignada, como si acabaran de entrar en esta historia, vuelven a tomar a sus seguidores por pendejos, a decirles que ellos no estaban ahí cuando los agarraron, que no dijeron el año pasado lo que dijeron, y que si lo dijeron ya no se acuerdan, y si se acuerdan no les importa -aunque eso no te lo dicen, claro-.

De esta gente se podría decir que son perseverantes, si no fuera porque perseveran en el error, en el atajo tramposo, en la falacia y el autoengaño, cosa que, más que perseverancia, indica soberbia y ahí, mis amigos, no hay nada bueno que reconocer.

Ahora, perseverando en el error, bajo el novedosísimo lema “Venezuela no se rinde”, lanzan su proclama en un selecto cónclave de académicos, artistas, empresarios, políticos, altos curas de Conferencia Episcopal, la gente decente y pensante de este país, pues, sin olvidar mezclar entre ellos, como quien no quiere la cosa, a algún sindicalista sin sindicato y al Señor del Papagayo, para que haya un aire de “tenemos poheblo”, Y más allá, a un bolsa que llaman “el chavista disidente”, al que pasean como su mascota domesticada, para que vean todos que el chavismo se acabó “y nadie se los va a devolver”.

Insistiendo en meter la pata derecha, dicen que el frente nace para combatir a la dictadura de Maduro -que es tan dictadura que los deja reunirse impunemente sin que sus esbirros malvados los saquen del Aula Magna por las encopetadas greñas y los metan en húmedos calabozos, con un grillete pegado en cada tobillo. Partiendo de su realidad virtual, hablan de democracia y elecciones justas desde una universidad cuya rectora lleva 6 años de extra innings, ejerciendo un cargo que debió entregar en 2012, con la elección de un nuevo rector que nunca fue, y nada de nada, porque en la U-U-UCV la rectora dice que “No acateremos” y “¡No es no!. Nos hablan de democracia desde un cargo vitalicio porque sí; desde una institución donde, cuando hacen elecciones, hay votos que valen más que otros; donde hay gente que tiene vetado el derecho a votar. Desde ahí nos hablan de combatir una dictadura y se aplauden rabiosos-fervosoros, sintiéndose próceres de la libertad que nadie les quitó.

Y así, este nuevo viejo frente marcha, ooootra vez, a paso de fracasados, directo al barranco de la historia. Y con sus caras de tablas, redactan un documento fundacional que bien podían haber hecho fotocopiando el de la MUD, que tiene las mismas falsas premisas, las mismas falsas soluciones, las mismas falsas promesas, los mismos “abajo firmantes”, que hoy dicen, falsamente, lamentar la crisis, mientras uno de los suyos, liderando la rama internacional del Frente Nacional, -mira tú qué cosas- va de rodillas por el mundo, gestionando un bloqueo financiero que “asfixie“ a nuestro país y suplicando intervenciones extrajeras que estos próceres de la patria ajena aplauden a rabiar. Aplauden y se aplauden ellos solitos porque en la calle, calle y más calle sin retorno, sus seguidores, hartos de tanto engaño, los ignoran a tal punto que ya ni rabia les tienen.


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