Gerardo Szalkowicz •  Opinión •  18/11/2017

Chile entre dos fantasmas: el regreso de Piñera y la abstención

Piñera arranca con mucha ventaja no tanto por los recuerdos de su mandato anterior (2010-2014) sino más bien por el desencanto que acumula el gobierno actual.
La principal incógnita que atraviesa la previa de las elecciones chilenas de este domingo es si el magnate Sebastián Piñera logra asegurar su regreso al Palacio de la Moneda en primera vuelta o si se abre un camino menos inexorable rumbo al balotaje. Otro factor significativo a prestar atención será el nivel de abstencionismo, que puede ratificar a Chile como el país con menos participación electoral de la región. El tercer elemento a observar será el debut del Frente Amplio: aunque con escasas chances presidenciales, la novedosa coalición de izquierda buscará hacer pie en el Congreso y afianzarse como posible alternativa al duopolio bipartidista que gobierna el país desde el ocaso del pinochetismo.

Piñera arranca con mucha ventaja no tanto por los recuerdos de su mandato anterior (2010-2014) sino más bien por el desencanto que acumula el gobierno actual. Las rimbombantes promesas con las que había triunfado Michelle Bachelet (reformas educativa, constitucional, laboral, tributaria) quedaron empantanadas o a mitad de camino, y fueron cocinadas sin escuchar la demanda de participación popular. Apenas la aprobación del aborto en tres causales puede anotarse como avance relevante en sus cuatro años de gestión; en general, se ha mantenido intacta la arquitectura institucional heredada de la dictadura.

Otra razón del viento a favor que arrastra Piñera tiene que ver con las tensiones y fracturas al interior de la coalición gobernante –el Partido Demócrata Cristiano va con candidata propia- y la atomización general de la centroizquierda: además del oficialista Alejandro Guillier -quien seguramente dispute el balotaje con Piñera- se presentan Marco Enríquez-Ominami y Alejandro Navarro.

También lleva mucha agua para el molino de Piñera la maquinaria mediática local. Pero quizá el factor cardinal que explica su favoritismo es que la participación electoral en Chile es una de las más bajas del mundo. En la última elección presidencial sólo votó el 41,9% en la segunda vuelta que Bachelet le ganó a Evelyn Matthei. Y en los comicios municipales de 2016  hubo una abstención récord: sólo el 34,6% del padrón asistió a las urnas.

Es evidente el desmoronamiento de la legitimidad democrática chilena y el creciente descreimiento en las instituciones y en los partidos políticos, consecuencia también de los múltiples escándalos de corrupción que han ido salpicando a toda la clase dirigente y empresarial. Y son los sectores populares, principales perjudicados por el “modelo chileno”, los que mayormente fueron ganados por el hastío y el escepticismo. Un escenario de gran abstención, claro está, suele favorecer a la derecha.

Una bocanada de aire fresco

En este escenario desolador aparece el Frente Amplio, con el desafío de revertir esta apatía electoral, y de impulsar la recuperación de la política como herramienta de transformación.

Conformado por diversas y heterogéneas organizaciones políticas, varias nacidas al calor de las movilizaciones estudiantiles de 2011, su fuerza aún se muestra limitada, con escasa inserción en el mundo popular. Igualmente contiene en su seno algunas experiencias loables como el Movimiento de Pobladores Ukamau, que presenta a su referente Doris González Lemunao como candidata a diputada (1).

Su aspirante presidencial, la periodista Beatriz Sánchez, había generado buenas expectativas y hace unos meses superaba el 20% de intención de voto peleando el segundo puesto, pero las previsiones fueron cayendo producto de disputas personales a lo interno de la coalición.

Así y todo, la constitución del Frente Amplio significa una bocanada de aire fresco para la vapuleada democracia chilena, y una luz de esperanza si logra una proyección de largo aliento que pueda poner en pie una alternativa real al modelo neoliberal que implantó el pinochetismo.

Modelo neoliberal y pinochetismo que condensa mejor que nadie el empresario Sebastián Piñera, quien alguna vez salió en defensa del dictador en un acto público diciendo: “El senador Pinochet y su familia están viviendo momentos difíciles en Londres. Por eso, merecen toda nuestra solidaridad” (2).

(1) Ver entrevista a Doris González, candidata a diputada por el Frente Amplio y vocera del Movimiento de Pobladores Ukamau: “Nuestro desafío es lograr que la gente vuelva a creer en la política”:

Chile – Doris González, candidata a diputada por el Frente Amplio y vocera del Movimiento de Pobladores Ukamau: “Nuestro desafío es lograr que la gente vuelva a creer en la política”

(2) Video de Sebastián Piñera defendiendo a Pinochet: https://www.youtube.com/watch?v=VBGwQX34oeo

Fuente: https://www.telesurtv.net/opinion/Chile-entre-dos-fantasmas-el-regreso-de-Pinera-y-la-abstencion-20171116-0074.html


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