Redacción •  Vivienda •  16/11/2018

¿Has pensado en alquilar tu vivienda a una persona refugiada?

  •     CEAR denuncia los “obstáculos insalvables” y la discriminación a la que se enfrentan muchas personas refugiadas a la hora de alquilar una vivienda.
  •     La campaña ‘Mételos en Tu Casa’ apela a la solidaridad de la sociedad española al tiempo que a la solvencia de las familias que tratan de reconstruir su vida en España.
  •     Vídeos, gráficas y más información en la web www.metelosentucasa.com.
¿Has pensado en alquilar tu vivienda a una persona refugiada?

Madrid, 16 de noviembre de 2018. “¿Y tú, has pensado en alquilar tu casa a una persona refugiada?”. Es la pregunta que hoy, Día Mundial para la Tolerancia, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) lanza a los propietarios de viviendas debido a los “obstáculos insalvables” que muchas veces se encuentran las personas que han tenido que huir de sus hogares para encontrar una vivienda en España.

La campaña de CEAR “Mételos en tu casa” apunta que, junto al encarecimiento del precio de la vivienda y la falta de oferta pública que afronta el conjunto de la sociedad, debido a su particular situación a las personas refugiadas les resulta muchas veces imposible cumplir los requisitos a la hora de alquilar (adelantos, contratos indefinidos, avales, etc.) y en ocasiones además se enfrentan a los prejuicios y la discriminación por parte de propietarios e inmobiliarias.

Desde CEAR recuerdan que, al llegar a España, las personas refugiadas viven en centros y pisos de acogida, pero tras un periodo de 6 y 9 meses deben encontrar una vivienda de forma autónoma, lo que supone un momento clave en su proceso de inclusión.

“Muchas veces se ha usado la expresión ‘mételos en tu casa’ desde planteamientos xenófobos. Con esa misma frase, desde CEAR queremos apelar a todos aquellos que se escandalizan con las imágenes que vemos del Mediterráneo, pero no habían pensado que su vivienda puede convertirse en una nueva vida para quienes han tenido que arriesgarla en el mar, sin perder ingresos económicos y ganando mucho en solidaridad”, explicó Estrella Galán, directora de la entidad.

La entidad propone el alquiler a las personas refugiadas “en las mismas condiciones que a cualquier otra persona” y aclaran que en el momento en que las personas refugiadas buscan una vivienda cuentan con permiso de trabajo, además de ayudas para el alquiler y el apoyo continuado de organizaciones como CEAR, financiadas por el programa de Asilo del Ministerio Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

“Vengan del país que vengan, hayan huido de una guerra, o por ser perseguidas por su religión, por su orientación sexual, por su etnia, todas las personas refugiadas tienen algo en común: su deseo de rehacer sus vidas, y eso es algo que solo es posible en una vivienda digna”, subrayó Galán.

“Aquí no se alquila a extranjeros”

Las dificultades de Aram y su familia es un ejemplo de este anhelo que demasiadas veces se encuentra con dificultades imprevistas. A la hora de buscar una vivienda en los alrededores de Madrid, este iraní se encontró una discriminación no solo por su procedencia, también por su edad avanzada y tener un hijo con discapacidad. Hasta el momento no han podido encontrar un piso en alquiler y dependen de la ayuda de otras personas de su país.

Dima, una mujer siria madre de 5 hijos, denuncia que les han negado visitar una casa por su origen, por ser familia numerosa, o por no contar con un aval. Mientras que al matrimonio de Amadou y Malaïka, de República Democrática del Congo, tuvieron que oír “en esta inmobiliaria no se alquila a extranjeros”. “Un piso de 600€ es muy caro para una familia refugiada”, “ya tuve una mala experiencia con una familia extranjera” o “ya tengo muchas visitas de gente que trabaja”, son otras de las respuestas que CEAR ha registrado como respuestas al interés de personas refugiadas de alquilar una vivienda.

Desde CEAR destacan que el porcentaje de cumplimiento del pago de alquiler durante el tiempo que duran las ayudas es prácticamente del 100%, y señalan casos donde los propietarios están muy satisfechos con la decisión de alquilar su casa a familias refugiadas. Como Natividad, que al principio se entendía con sus inquilinos “a través de gestos y buena voluntad”, pero ahora que terminan contrato quiere volver a alquilarlo a través de CEAR. O como José, arrendador sevillano que considera que “todos tenemos que ponernos en la piel de otras personas y que sean refugiados no quiere decir que no sean tan solventes como otras personas y entre todos podemos ayudar para que puedan superar estas situaciones difíciles”.

Por último, para todas aquellas personas que no tengan una vivienda en arrendamiento pero que deseen colaborar en una sociedad de acogida, CEAR les invita a que propongan a familiares, amistades, compañeros de estudios o trabajo, o que compartan en sus redes sociales, este nuevo modo de decir ‘mételos en tu casa’.


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