Prensa Latina •  Internacional •  07/05/2017

Políticas sociales reducen la criminalidad en El Salvador

Las políticas de seguridad del gobierno de Salvador Sánchez Cerén redujeron los índices de homicidios, extorsiones y robos de vehículos en El Salvador durante los tres últimos años, confirmaron hoy fuentes oficiales.

Políticas sociales reducen la criminalidad en El Salvador

Las políticas de seguridad del gobierno de Salvador Sánchez Cerén redujeron los índices de homicidios, extorsiones y robos de vehículos en El Salvador durante los tres últimos años, confirmaron hoy fuentes oficiales. Según estadísticas de la Policía Nacional Civil, los asesinatos fueron reducidos a la mitad, o sea, unos dos mil víctimas de muertes violentas menos que el pasado año, sobre todo tras la implementación de medidas excepcionales de vigilancia y prevensión.

A su vez, aumentaron la solución de delitos, así como los golpes a estructuras criminales como las ‘maras’ (pandillas), en tanto solo falta por sacar de circulación a 29 de los 100 delincuentes más buscados del país. Como parte de los operativos policiales fueron incautados más de cinco mil armas y nueve mil kilogramos de sustancias ilícitas, valoradas en 220 millones de dólares, así como mercancía de contrabando cercana a los 800 mil dólares. Entre las principales acciones sobresalió la Operación Jaque, que permitió arrestar a cabecillas de pandillas y golpear sus finanzas mediante la incautación de bienes y activos, así como la creación de fuerzas policiales de elite.

Más allá de la represión, el gobierno apostó por reducir los factores de riesgo con el Plan El Salvador Seguro, con comités de prevención de la violencia y la delincuencia, mejores opciones educativas y rehabilitación de espacios públicos. Además, el sistema penitenciario modernizó sus mecanismos de vigilancia y control, para impedir que las cárceles fueran centros de operaciones del crimen organizado, con el modelo de gestión Yo Cambio, para ayudar a la reinserción social del reo. Si bien el panorama dista de ser ideal, los indicadores demuestran que El Salvador avanza en su esfuerzo por quitarse el sambenito de ser uno de los países más violentos del mundo.


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