E.Varela •  Ciencia •  28/07/2016

Soplo de vida en la Costa da Morte

El Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Oleiros (A Coruña) devuelve con éxito a la naturaleza a una pareja de erizos de tierra (Erinaceus europaeus) en el entorno de uno de los últimos paraísos del noroeste peninsular. Tan sólo en lo que va de año, el equipo humano de esta instalación dependiente de la Xunta ha tratado más de 700 ingresos de algunos de los animales más representativos de la fauna gallega.

Soplo de vida en la Costa da Morte

«Esta es la mejor parte de nuestro trabajo y aunque la gente lo piense a veces no sólo estamos para prohibir, sino que realizamos una tarea fundamental para la protección de la biodiversidad» -afirma Javier Castro, agente forestal y funcionario adscrito al CRFS de Oleiros-. Y no le falta razón, pues «Pincho» y «Pancho» (así bautizados por los lugareños), acaban de recuperar su libertad en Cabana de Bergantiños.

La llegada al CRFS de este par de hermanos de erizo común se produjo el pasado 10 de junio tras el aviso de un vecino de la zona, activando el protocolo y una cadena humana que al final ha posibilitado su supervivencia desde el momento de la recogida, pasando por el cuidado y control veterinario y finalmente la reintroducción.

UNA ESPECIE BENEFICIOSA Y PROTEGIDA A NIVEL CONTINENTAL

El erizo común (Erinadeus europaeus) es el mamífero insectívoro de mayor tamaño de Europa, pudiendo alcanzar una longitud de 30 cm. y superar un kg. de peso. De hábitos nocturnos, aspecto rechoncho y patas cortas pentadáctilas, su dorso está dotado de varios miles de púas que le sirven de protección ante el ataque de posibles depredadores.

Son voraces y se alimentan de todo tipo de invertebrados, principalmente insectos y lombrices de tierra, que suponen al menos el 50% de su dieta, también integrada por crías de roedores o aves, huevos e incluso frutos de temporada.

Aunque esta especie está protegida por el Anexo III del Convenio de Berna, la destrucción de hábitats y la problemática derivada del tráfico rodado, así cómo el empleo de métodos no selectivos en la lucha contra las plagas forestales y agrícolas, merma cada año sus poblaciones. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el erizo común es una especie muy beneficiosa por el control natural que desarrolla sobre los insectos, por lo que debe de ser tenida en cuenta como una especie a proteger por el servicio ambiental que presta.

LOS CENTROS DE RECUPERACIÓN, FUNDAMENTALES POR SU LABOR

Lo que demuestra este caso, como el resto de los que a diario se producen en este sentido, es que los recursos públicos destinados a estos verdaderos hospitales de fauna que son los centros de recuperación son el dinero mejor empleado. Desde el CRFS de Oleiros confirman que desde enero de este año han recibido en sus instalaciones más de 700 ingresos de varias decenas de animales distintos, algunos de especies muy habituales en Galicia como la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) pero en otros casos auténticas joyas a nivel de biodiversidad como el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), el alcatraz atlántico (Morus bassanus) o el propio lobo ibérico (Canis lupus signatus), todo un estandarte en pro de la conservación de la vida salvaje en toda la Península Ibérica.

COLABORACIÓN CIUDADANA

Vicente Damil, capataz del CRFS de Oleiros, recuerda que la colaboración ciudadana es fundamental en cuanto a la protección de la fauna silvestre. Por eso, ante el hallazgo de un animal herido o con signos claros de desorientación, ha de procederse con la máxima cautela, evitando en todo momento cualquier tipo de contacto que pueda provocar daños físicos a cualquiera de las partes. Por eso, es siempre preferible utilizar guantes y procurar la utilización de un paño o tela para la inmovilización, que luego habrá de ser situado en la cabeza.

Así, tras haber avisado al servicio del centro de recuperación de fauna más próximo, conviene colocarlo en un lugar tranquilo, oscuro y a temperatura ambiente, como por ejemplo una caja de cartón adaptada a su tamaño, de modo que el animal esté cómodo y al mismo tiempo tenga restringidos sus movimientos.

De manera ideal no se le debería de proporcionar comida pues esto podría provocarle un cuadro de deshidratación que podría resultar mortal. Sí es posible, sin embargo, la instalación de un bebedero. Del mismo modo, en ningún momento un animal silvestre puede ser considerado una atracción, por lo que hay que evitar cualquier tipo de contacto con otros seres humanos como objeto de exhibición, porque exponerlo a una situación de stress también podría tener consecuencias negativas para su supervivencia.

REGRESO A CASA

Desde el 22 de julio, Pincho y Pancho vuelven a campear libres por la tierra que los vió nacer en la parroquia coruñesa de Canduas, en Cabana de Bergantiños, en los lindes de una de las zonas naturales destacadas de la Galicia rural y también de mayor protección a nivel europeo, la ZEC-ZEPA Costa da Morte.

Historias como la suya nos hablan de la importancia de proteger y conservar la biodiversidad, pues ésta constituye una condición indispensable para que podamos disfrutar de una buena calidad de vida. Al tratarse de un engranaje perfecto, su pérdida altera las funciones de los ecosistemas y los hace menos aptos para proporcionar una serie de servicios indispensables para el desarrollo y supervivencia del ser humano afectando a nuestro bienestar. Por eso, tanto desde la ciudadanía como desde la clase política fomentar el respeto a la naturaleza y apostar por su protección y cuidado es, en definitiva, la mejor inversión posible en el contexto actual.


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