Redacción •  Actualidad •  16/02/2018

65ª Marea Blanca: «listas de desesperación, derivaciones de especulación»

El lema de la movilización relaciona directamente la desesperación de los pacientes con la especulación, entendida como "implementación de la privatización sanitaria en todos los niveles, a costa de menguar los presupuestos para los servicios sanitarios 100% públicos y engordar más y más los que se desvían del erario público a empresas privadas cuyo objetivo es el puro beneficio económico; muchas veces en manos de fondos buitre".

65ª Marea Blanca: «listas de desesperación, derivaciones de especulación»

16/02/2018. Vemos cómo la Sanidad Pública ha sido descapitalizada pasito a pasito, siempre hacia delante, sin dejar de favorecer entidades privadas, generalmente corporativas, que venían a fagocitarla; a la vez, se colonizaba la propiedad ciudadana mediante verdaderos caballos de Troya, ambiciosos y desleales. Hay un ejemplo que en estos días da nuevas señales de ello; la del ex-consejero Manuel Lamela practicante eficaz de la puerta giratoria, vía elemental y fácil para rentabilizar una carrera política para toda la vida y su última acción: la defensa enmascarada ante los tribunales de Alerta Ambulancias, mediante su consultora Acountax. Esta empresa de servicio de ambulancias ha perdido el último contrato y ha sido descartada por el actual consejero Ruiz Escudero, sin saber tampoco ni porqué ni cómo. No es leal ni ético que Lamela, abogado del Estado, aplique todos los conocimientos expertizados de su puesto de funcionario y panorámicos de sus puestos políticos, para beneficiarse de todo de cualquier forma y con sueldo millonario; lo debió tener claro cuando entregó millones a su ahora cliente, Alerta Ambulancias, en total casi 17 millones € en sus tiempos de consejero. Pago con millones nuestros consolidando la privatización que traía Alerta Ambulancias y con ello peor servicio y mas caro. Los favores que dio entonces, hoy los cobra él a costa nuestra. Personajes como Lamela han pasado como los hunos por nuestras instituciones no siendo otra cosa que elementos perjudiciales para nuestros bienes y sobre todo para nuestra supervivencia vital, porque la rentabilidad del servicio recae sobre la mengua del personal, su trabajo a presión y sobre los pacientes ciudadanos que pagamos todo y sufrimos más. Pero todo ello forma parte del plan que denunciamos; es una pieza más de la destrucción en la que todos los factores hacen mella y preparan la liquidación de la Sanidad Pública.

En ello, hay otros mecanismos claros muy tangibles, como son los que muestran esta dos afiladas puntas del gran iceberg dilapidador que pretende suprimir “de facto” una Sanidad Pública verdadera, no eufemística como usan los neoliberales. Una son las LISTAS DE ESPERA; otra, las DERIVACIONES, que muy curiosamente plantean como solución. Hoy en la Comunidad de Madrid con una población de 6.659.606 habitantes arrastramos a enero de 2018, 76.678 personas en lista quirúrgica, aumentada en 2.844 personas más con respecto a diciembre de 2017. En primera consulta de especialidades con igual fecha de publicación, la lista de espera es de 381.252 personas con 10.500 personas más con respecto al mes anterior también; finalmente, en cuanto a primeras pruebas, y en número total, tenemos 128.711 personas esperando, es decir 13.302 pacientes desesperados más que en diciembre de 2017.

¿Porqué no se van disminuyendo las listas de espera en vez de incrementando?, sencillamente porque con su coartada permanente del techo de gasto han aplicado un austericidio implacable, otro aspecto del propósito, que ha provocado una pérdida de personal tremendamente onerosa para la Sanidad Pública con lo que pretenden convertir en mala ésta para elevar a excelente, y a una solución, la privada. Ya entre 2011 y 2015, se perdió un 20% de profesionales sanitarios; siguiendo con su plan, han seguido apretando la cuerda hasta agotar fuerzas y recursos propios, y todo porque quieren justificar su objetivo, mercantilizar la salud y después sacar ventaja de ello. No dejamos de denunciar que estas políticas son perniciosas y que hay que superarlas cuanto antes; y son muy negligentes con un abuso permanente de contrataciones en evidente fraude de ley, tal y como tribunales europeos sentenciaron. Y en el otro lado, derivaciones cada vez mas sustanciosas. La desesperación de las esperas es mayor cuando la especulación se hace tan evidente que vemos cómo nos sangran el erario público; con un ejemplo se ve claro, tenemos el caso de la Fundación Jiménez Díaz que con 736 camas, recibió́ , de la Comunidad de Madrid en 2014, 432 millones €, mientras el Hospital 12 de Octubre, con 1.400 camas, solo recibió́

400 millones €. Así cumplen bien con su plan, destruyen lo público para ir fomentando las derivaciones; porque las derivaciones son esa privatización silenciosa que se ha consolidado y que permite a los especuladores vivir muy bien a costa de nuestro patrimonio colectivo. Y en el horizonte, no tan lejano, la corrupción que aflora por todas partes, el caso Lamela es un síntoma reiterado; hay muchos otros que van dando la cara. Va siendo hora de que la gente reaccione ante tanto mecanismo depredador y tanta estafa. Las listas de espera por tanto se fomentan y se manipulan para justificar las derivaciones a centros privados, que los ciudadanos aceptan creyéndolos como una solución y sin saber que les engañan, que pueden reclamar y, sobre todo, que cuestan más y pueden ser meramente procedimientos eventuales y sin posible seguimiento; se puede lograr mutar la tendencia con eficaces políticas y no con interesadas y privilegiadas estrategias del rentismo de politicos y del enriquecimiento de empresarios.

 


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